- La apertura de cuentas o el interés por las viviendas o los alquileres han sido constantes en los últimos días
No saber qué va a pasar o cómo será el futuro es uno de los miedos más comunes. Este miedo aumenta si está en juego el dinero. Y justo esta percepción es la que empuja a clientes catalanes a viajar a Aragón y a la Comunidad Valenciana para poner a salvo sus ahorros ante la incertidumbre creada por la (no) independencia. Las sucursales bancarias o las inmobiliarias han tenido más trabajo de lo habitual durante estos días.
“La gente tiene miedo”, asegura Carlos, un trabajador de Monzón, un pueblo de Huesca situado a 50 kilómetros de Lérida. “Aquí es que no se habla de otra cosa”, añade y asegura que en un día se abrieron unas 50 cuentas en la sucursal del Banco Santander del municipio. Carlos asegura que el mayor miedo de la gente es perder sus ahorros.
Algo parecido pasa en Fraga, también localidad oscense que está más cerca de Cataluña (a 30 kilómetros de Lérida). “Está habiendo mucho movimiento desde el jueves 5 de octubre, sobre todo en CaixaBank, Sabadell y Santander”, asegura el alcalde del municipio, Miguel Luis Lapeña. “La gente se ha movido cuando ha visto peligrar su dinero”, puntualiza.
Desde las sucursales no han querido dar ningún dato sobre los catalanes que están yendo a las entidades ni sobre lo que están haciendo. Sin embargo, sólo es preciso pasear por las calles de los municipios de la ‘franja’ aragonesa para ver un movimiento inusual. En algunas ocasiones las esperas pueden llegar a tres horas, según comentan los vecinos.
Los movimientos de depósitos o la apertura de cuentas espejo son las principales acciones que se están realizando. No sólo lo hacen de manera física, sino que también se están registrando movimientos importantes a través de internet o por llamadas telefónicas, tal y como aseguran fuentes cercanas.
Fuentes financieras señalan que se abren cuentas con cantidades importantes y que la razón por la que sacan sus ahorros de Cataluña es el “por si acaso”
María, otra vecina de Monzón, ha señalado que antes de que CaixaBank y Banco Sabadell anunciasen el cambio de domicilio social, y también fiscal, comenzó el movimiento, pero asegura que no ha cesado tras estos anuncios. Fuentes cercanas a Banco Sabadell de esta localidad comentan que también ha habido empresas, pequeñas y medianas, que están realizando cambios de cuentas y domicilios a Monzón.
La Comunidad Valenciana también está viendo más movimiento en sus localidades más próximas a Cataluña. Las oficinas situadas en Vinaroz, Peñíscola y Benicarló son las que están desbordadas de trabajo ante la llegada de catalanes para transferir sus ahorros.
Fuentes financieras señalan que se abren cuentas con cantidades importantes y que la razón por la que sacan sus ahorros de Cataluña es el “por si acaso”, aunque, por ahora, se haya paralizado la independencia y se haya garantizado que el dinero está a salvo. Estos ingresos varían entre los 30.000 y los 50.000 euros.
TRANQUILIDAD DESDE LAS ENTIDADES
A pesar del cambio de domicilio social de las dos entidades catalanas, para seguir bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE), los ahorradores no están del todo tranquilos. Sin embargo, desde las oficinas dejan claro que su banco garantiza en todo momento sus intereses y que sus ahorros están seguros.
Según fuentes consultadas por la agencia EFE, las entidades ofrecen como solución abrir una cuenta en otra comunidad cercana, pero que puede ser gestionada desde su oficina habitual. Sin embargo, el miedo a un futuro ‘corralito’ persa más que las llamadas a la calma. De ahí el trasiego de dinero y clientes.
LAS INMOBILIARIAS TAMBIÉN REGISTRAN MOVIMIENTO
Pero los movimientos van más allá del efectivo. El alcalde de Fraga añade que al Ayuntamiento les ha llamado alguna empresa, “que no ha querido identificarse”, para preguntar por viviendas y alquileres. Preguntadas algunas inmobiliarias de la zona sobre estos movimientos, aseguran que sí que hay más personas que preguntan por la oferta en la zona.
“La gente está buscando alquileres de pisos para viviendas y para poner su sede social, las dos cosas”, explica un trabajador de una de esas inmobiliarias. En otra de Fraga señalan que les piden más información en los últimos días, también para alquileres, “de momento no hemos visto que se haya concretado nada de forma real”, puntualiza. Algo con lo que coincide el dueño de una tercera inmobiliaria, que no quiere dar datos sobre la información que buscan los clientes. Pero están preguntando. Aunque sólo sea por ese “por si acaso”.