photo du president de la reserve federale fed jerome powell

El dato de IPC de diciembre en Estados Unidos (EEUU) se antoja como una de las citas más destacadas de la semana, ya que, más allá del impacto que tienen las subidas de precios en el bolsillo del consumidor, comenzará a despejar dudas sobre cuándo llegarán los primeros recortes en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal; y mostrará al mercado qué hay de realidad en sus expectativas.

En este sentido, Michael Hewson, jefe de análisis de CMC Markets, señala que las últimas cifras de inflación de 2023 "tienen el potencial de aumentar las expectativas de un movimiento en marzo o retrasarlo hasta más adelante en el año".

El consenso espera un ligero repunte del índice general, hasta el 3,2% desde el 3,1% del mes anterior. En el caso de la tasa subyacente, se prevé que siga moderándose y se sitúe en el 3,8% frente al 4% de noviembre, lo que haría "más difícil de presentar" los argumentos a favor de un próximo recorte de tipos, ya que este indicador seguiría cercano al doble del objetivo del banco central del 2%.

Cabe recordar que durante el último cónclave monetario celebrado el mes pasado, la Fed decidió mantener los tipos de interés en la horquilla comprendida entre el 5,25%-5,5% por tercera reunión consecutiva y anticipó la llegada de tres recortes en 2024, con el gran interrogante de cuándo se producirán.

"Después de un breve repunte en junio, en el que el IPC estadounidense repuntó desde mínimos del 3% hasta un máximo del 3,7% en septiembre, las presiones sobre los precios han comenzado una vez más a disminuir en la economía estadounidense, cayendo al 3,1% en noviembre. El IPP también sigue siendo débil, y en noviembre vimos que se desaceleraba hasta el 0,9% sobre una base anualizada, lo que generó esperanzas de que la Reserva Federal buscara recortar los tipos tan pronto como marzo", destaca Hewson.

Sin embargo, en las últimas fechas "varios funcionarios de la Reserva Federal han tomado medidas para echar agua fría a esas expectativas después de la reacción del mercado a los comentarios de Powell el mes pasado, y aunque la economía estadounidense continúa funcionando razonablemente bien, el argumento a favor de un recorte temprano de las tasas parece difícil de justificar".

BIENES Y SERVICIOS

El proceso de desinflación mantiene una tendencia desigual en servicios y bienes, y los analistas de Oxford Economics esperan que esta divergencia se mantenga, ya que anticipan un descenso en el precio de los bienes, impulsado por "una nueva caída en los precios de los vehículos usados", mientras que en el caso de los servicios la previsión es más compleja.

"Los precios de los servicios básicos son más heterogéneos: el debilitamiento del crecimiento de los salarios contribuye a reducir la inflación de los servicios, lo que se ve compensado por un aumento de la inflación de la atención médica según el IPC", señalan.

Por su parte, Neil Wilson, responsable de análisis de Markets.com, pone en duda el objetivo de inflación fijado por el organismo, y considera que tanto la Fed como el resto de bancos centrales "en última instancia tendrán que aceptar, ya sea tácita o explícitamente, que la inflación no llegará al 2%". En su opinión, la tendencia de los precios "será más desigual y más rígida".

"La pregunta entonces es cuánto más puede bajar la inflación y qué tan pronto, lo que significa que el IPC estadounidense de este jueves es vital", asegura.

Además, la inflación puede encontrar resistencias en su proceso a la baja, ya que, tras haberse revertido gran parte del último proceso inflacionario, "el último tramo será el más difícil", por lo que la Fed "podría decepcionar la confianza del mercado en que se realizarán recortes en la primera mitad del año si la inflación es un poco más persistente".

¿UNA ECONOMÍA QUE SE DEBILITA?

Los analistas de BNY Mellon esperan "señales de que la inflación se mantuvo moderada en diciembre", lo que respaldaría la posibilidad de que los primeros recortes de tipos puedan producirse a finales del primer trimestre, aunque también alertan de los riesgos que supondría un descenso superior al estimado.

"Una caída más pronunciada de lo esperado también podría avivar los temores de que los recientes aumentos de tasas de la Reserva Federal estén comenzando a debilitar la economía", aseguran.

Sin embargo, muchos analistas todavía apuestan por un aterrizaje suave de la economía estadounidense, y desde AJ Bell aseguran que las últimas caídas, que han dejado el IPC general en el 3,1% en su tasa interanual, refuerzan "la narrativa preferida actual tanto de los mercados de acciones como de bonos, a saber, que en 2024 se producirá un enfriamiento de la inflación y un aterrizaje económico suave, con el resultado de que la Reserva Federal podrá pasar a recortar las tasas de interés".

En la firma aseguran que un nuevo descenso de la inflación "podría reforzar las expectativas del mercado de que el presidente de la Fed, Jay Powell, y sus colegas puedan aprobar un primer recorte de tasas de un cuarto de punto ya en marzo y seguir adelante con hasta cinco más para Navidad, para llevar la tasa de fondos federales al 4% desde su nivel actual del 5,5%".

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