Los líderes de la Unión Europea (UE) han llegado finalmente a un acuerdo "histórico" sobre un plan de estímulo masivo para las economías afectadas por el coronavirus en una reunión celebrada esta madrugada después de una cumbre que ha durado casi cinco días.
El presidente de la cumbre, Charles Michel, tuiteó "Acuerdo" poco después de que los 27 líderes llegaran finalmente a un pacto en una sesión plenaria a las 5:15 horas.
"Este acuerdo envía una señal concreta de que Europa es una fuerza de acción", ha dicho Michel en una conferencia de prensa posterior.
"Se trata de mucho más que de dinero. Se trata de los trabajadores y las familias, sus trabajos, su salud y su bienestar. Creo que este acuerdo será visto como un momento crucial en el viaje de Europa, pero también nos lanzará al futuro".
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha declarado que el acuerdo es "verdaderamente histórico" y que está convencido de que el plan de recuperación y el presupuesto pueden hacer frente al desafío de la pandemia del coronavirus.
"Esta fue una cumbre cuyas conclusiones son verdaderamente históricas. Hemos puesto en marcha la capacidad de pedir prestado colectivamente, de poner en marcha un plan de recuperación colectivo, por primera vez", ha explicado Macron. "Con este plan de recuperación, alcanzaremos casi el doble del presupuesto europeo en los próximos tres años", ha añadido.
El acuerdo, que se produjo después de que Michel presentara una propuesta sobre un Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros, es fundamental para disipar las dudas sobre el futuro mismo del bloque. Michel propuso que dentro del fondo de 750.000 millones de euros, 390.000 millones sean subvenciones no reembolsables, por debajo de los 500.000 millones planteados originalmente, y el resto en préstamos reembolsables.
La noticia del acuerdo hizo que el euro alcanzara un nuevo máximo de cuatro meses, en 1,1470 dólares.
"Es impresionante ver que lo hemos logrado. Hemos alcanzado un enorme hito que establece el futuro de la Unión Europea", ha señalado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, después de casi 100 horas de negociaciones.
La cumbre se acercó a la duración récord establecida en una reunión de 2000 en la ciudad francesa de Niza, de casi cinco días completos.
MENOS SUBSIDIOS Y MÁS CONTROL DE AYUDAS
El plan de reconstrucción estará financiado por una emisión sin precedentes de deuda conjunta por parte de la Comisión Europea y tendrá una duración de tres años y se sumará a un presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027 de 1,074 billones de euros.
A pesar de su empuje, los países del norte no han conseguido reducir el tamaño global del fondo, que preserva los 750.000 millones iniciales, pero a cambio han obligado al resto de socios a recortar la parte que se distribuirá a los países en forma de subvenciones a fondo perdido, otra de sus principales reivindicaciones.
Finalmente, las transferencias directas se quedarán en 390.000 millones de euros, 110.000 millones menos que los que recogía la primera propuesta que llegó a la mesa de los líderes. El resto del fondo, 360.000 millones de euros, llegará a los Estados miembros en forma de préstamos que tendrán que devolver.
Otra de las victorias que se han apuntado los países del norte es el aumento de sus 'cheques' de descuento del que se benefician los mayores contribuyentes al presupuesto de la UE. En concreto, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria y Alemania verán reducidas sus aportaciones durante todo el periodo en 53.000 millones que tendrán que completar el resto de Estados miembros.
Países Bajos también ha conseguido introducir una mayor supervisión de las ayudas, pero no tendrá una capacidad real de veto si considera que las reformas que ha planteado un país concreto para recibir fondos no son las adecuadas.
El acuerdo final establece que los planes nacionales de reformas serán aprobados con mayoría cualificada entre los Veintisiete y los desembolsos posteriores dependerán del cumplimiento de una serie de objetivos preestablecidos. La Comisión Europea evaluará si se han cumplido estos objetivos, aunque excepcionalmente uno o más socios que tengan dudas de su análisis podrán pedir que se debata a nivel de líderes.
"Teníamos una línea roja: Nunca hubiéramos consentido que ningún país tuviera el derecho de veto o de intromisión sobre los planes nacionales", ha dicho sobre esta cuestión el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para quien hubiera sido "inaceptable" aceptar que un Estado miembro pudiera "invadir" las competencias de la Comisión Europea.
ENFRENTAMIENTO NORTE-SUR
El autodenominado 'grupo de los frugales' ha peleado durante las cuatro jornadas por un fondo de menor cuantía con una contundencia que incluso llegó a irritar al eje franco-alemán de Angela Merkel y Macron y a los socios del sur de bloque como Italia, España, Portugal y Grecia.
El pulso ha sido muy evidente por los mensajes cruzados que se han lanzado públicamente durante estos días, de un lado, los primeros ministros de Países Bajos y Austria, Mark Rutte y Sebastian Kurz, y del otro, los primeros ministros de Italia y de Portugal, Giuseppe Conte y António Costa.
En una rueda de prensa, Macron ha reconocido que ha sido una negociación "marcada por las dificultades" derivadas de las "diferentes concepciones" de Europa entre los socios comunitarios, pero ha subrayado que el acuerdo definitivo es "proporcionado" y el "necesario" para conseguir "lo más importante", que era sacar adelante el Fondo de Reconstrucción.