El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ha advertido del riesgo de que el país galo sufra una crisis financiera y el declive de su economía y se ha mostrado en contra de aplicar las recetas del Nuevo Frente Popular (NFP) recogidas en su programa electoral al considerar que se trata de un plan "ineficaz y anticuado".
Si bien se ha felicitado de que la extra derecha representada por el partido Agrupación Nacional no haya logrado sus metas electorales, resultando finalmente la tercera fuerza más votada en las elecciones legislativas, Le Maire ha advertido de que la nueva situación política resultante presenta tres riesgos principales, siendo el más inmediato el de "una crisis financiera y el declive económico de Francia".
En este sentido, ha defendido que la aplicación del programa de ruptura del Nuevo Frente Popular "destruiría los resultados" de la política implementada por el Gobierno durante estos siete años y que "ha dado a Francia trabajo, atractivo y fábricas".
En opinión del actual ministro francés de Finanzas, el proyecto planteado por el NFP "es exorbitante, ineficaz y anticuado", además de considerar que "su legitimidad es débil y circunstancial". "No debería aplicarse", ha resumido.
Por otro lado, Le Maire ha señalado el riesgo de una "fractura ideológica de la nación", que traerá consigo disputas incesantes y agotamiento colectivo, por lo que ha señalado la necesidad de dar respuestas a la ira y las preocupaciones de los ciudadanos, en particular los millones que votaron por la Agrupación Nacional.
"Debemos actuar de manera diferente. Debemos escuchar, oír, responder sin demora, involucrando a todas las fuerzas de la nación", ha reclamado Le Maire, para quien, de lo contrario, Francia irá directamente al bloqueo y a la crisis del régimen.
Por último, en cuanto al resultado de la Asamblea Nacional, que agrupa a los afines al presidente Macron, el ministro francés ha reconocido la dispersión de sus fuerzas e ideas, ante lo que apremiante recuperar la coherencia y la lucidez para abordar la realidad del mundo.
En este sentido, ha recordado que aún existen desafíos como la guerra en Ucrania, el conflicto en Oriente Próximo, la feroz competencia económica y tecnológica entre naciones y la aceleración del calentamiento global.
"Francia no puede seguir siendo un espectador de estos trastornos. Debe ser una jugadora importante", ha afirmado para hacer un llamamiento a que todas las fuerzas políticas que creen en la economía de mercado, en la recuperación de las finanzas públicas, en la transición energética, en la construcción europea y en el restablecimiento de la autoridad del Estado se liberen de los intereses de partido para continuar la transformación de la economía y el modelo social.