- El bloque europeo recuerda a Reino Unido que debe pagar la cuenta antes de irse
- Tusk ha abierto las puertas a una discusión amistosa que permita una desconexión "ordenada" y descartado un enfoque "punitivo"
La respuesta del bloque europeo a la carta de Londres, entregada el pasado 29 de marzo, con la que se activaban las largas negociaciones sobre el Brexit, ya es pública. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha comunicado desde Malta las líneas rojas preliminares de la Unión Europea (UE), un documento que ha sido ya entregado a los Gobiernos nacionales, cuyos líderes adoptarán el texto definitivo en su próxima cumbre extraordinaria del 29 de abril en Bruselas. Este borrador, con el que Bruselas encara los 730 días de negociaciones sobre el divorcio más complicado de la historia, tiene un apartado especial para España y la situación de Gibraltar y echa un jarro de agua fría a las expectativas de la primera ministra británica, Theresa May, de negociar en paralelo un nuevo acuerdo de libre comercio.
La Unión Europea no abordará la situación de Gibraltar durante las negociaciones de salida de Reino Unido y condicionará cualquier pacto posterior sobre su estatus al visto bueno de España, según consta en el borrador de las 'líneas rojas' del bloque para negociar el 'Brexit' con Londres.
La UE no negociará sobre Gibraltar antes del Brexit y España podrá vetar cualquier acuerdo posterior
"Una vez que Reino Unido deje la Unión, ningún acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido se podrá aplicar al territorio de Gibraltar sin el acuerdo entre España y Reino Unido", dicen las directrices redactadas por el presidente del Consejo, Donald Tusk, tras sus contactos con las capitales y al que ha tenido acceso 'Europa Press'.
NO AL LIBRE COMERCIO NI A LOS ACUERDOS BILATERALES
Las 'líneas rojas' de los Veintisiete dejan claro que ningún asunto podrá ser negociado de manera bilateral entre Londres y otro Estado miembro y que "nada estará acordado hasta que todo lo esté". Además, el documento recuerda al Gobierno de May que la salida del club comunitario tendrá un coste y que Reino Unido debe "cumplir con todos sus compromisos y obligaciones asumidas como Estado miembro", ha dicho Tusk en una rueda de prensa en La Valeta (Malta), tras enviar el documento a los 27.
El presidente del Consejo ha abierto las puertas a una discusión amistosa que permita una desconexión "ordenada" y descartado un enfoque "punitivo". "El Brexit ya es en sí mismo un castigo", ha dicho, para después recalcar que la Unión Europea a 27 tiene por prioridad defender sus propios intereses, entre los que los derechos de sus ciudadanos son una "prioridad".
"No hay espacio para conversaciones comerciales, primero deben acordarse los principios de las condiciones de salida", ha dicho, por su parte, el presidente de turno de la UE y primer ministro de Malta, Joseph Muscat, en la rueda de prensa junto a Tusk.
Londres aspira a poder negociar en paralelo a su salida el marco de las nuevas relaciones comerciales, pero el club comunitario insiste en que un pacto comercial sólo puede firmarse con un país tercero, por lo que no puede cerrarse antes del 'Brexit'. Con todo, abren la puerta a iniciar la reflexión sobre el marco que tendrán esas relaciones futuras, siempre dentro de los límites que fija el artículo 50 del Tratado de la UE.
"No hay espacio para conversaciones comerciales, primero deben acordarse los principios de las condiciones de salida", asegura Tusk
Los países de la UE están dispuestos a emprender una "discusión preliminar y preparatoria" sobre este asunto "tan pronto como se hayan producido avances suficientes" en el acuerdo primero que debe fijar las condiciones del divorcio, esto es, los derechos de los europeos y la factura que deberá pagar Londres.
Aunque no hay una fecha para contemplar dar el paso a esa "segunda fase", Tusk ha apuntado el próximo otoño como el momento para evaluar si los avances se han producido y pueden comenzar la discusión sobre el marco comercial.
MINIMIZAR LA INCERTIDUMBRE
“Nuestro deber es minimizar la incertidumbre y perturbaciones causadas por la decisión de Reino Unido de abandonar la UE a nuestros ciudadanos, empresas y Estados miembros. Como ya dije, en esencia se trata de controlar los daños", ha resumido Tusk. Por ello, los Veintisiete recalcan que los derechos de los europeos en Reino Unido, trabajadores y estudiantes, están "plenamente protegidos" mientras el país siga siendo Estado miembro. Y aspiran a aclarar su estatus futuro cuanto antes, en un marco de garantías "recíprocas, ejecutorias y no discriminatorias".
También se marcan entre sus prioridades evitar que la situación de divorcio deje "lagunas legales" que perjudiquen a las empresas, por el hecho de que las normas europeas ya no serán de aplicación en suelo británico.
Otra de las preocupaciones primeras del bloque son las consecuencias de la salida de Reino Unido para la paz y la estabilidad en el Úlster, por ello, ha dicho Tusk, los Veintisiete apuestan por dar con soluciones "creativas y flexibles", con las que evitar volver a una "frontera dura" entre Irlanda del Norte e Irlanda.