- Considera que los estímulos del banco central han sido decisivos para impulsar la recuperación
- Las presiones sobre la inflación subyacente aún no son suficientes, según Mario Draghi
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Los estímulos monetarios son, aún, necesarios. Una vez más Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) se ha presentado en público para defender las políticas convencionales (tipos bajos) y no convencionales (compras de activos) para impulsar la inflación hacia el 2%, meta del organismo con sede en Fráncfort.
Esta vez, el discurso del banquero italiano ha sido en la Cámara de los Representantes de Países Bajos. Además de recordar el 60 aniversario del Tratado de Roma y los 25 años transcurridos desde el Tratado de Maastricht, ha vuelto a defender la política monetaria ultraexpansiva del BCE: "La gravedad de la crisis con la doble caída (de la economía, en 2008-2009 y 2011-2012) ha obligado al BCE a implementar instrumentos no convencionales para garantizar la estabilidad de los precios. Y nuestras medidas han demostrado ser eficaces: los datos confirman que la recuperación cíclica de la economía de la Eurozona está siendo cada vez más sólida y los riesgos han disminuido".
Draghi admite que las políticas del BCE han provocado preocupaciones, y se ha centrado en el impacto en las pensiones privadas, al disminuir la rentabilidad de los activos más conservadores, y en los bancos. En ambos casos, cuestiones muy presentes en la vida política y económica de los países del centro y norte de Europa. Pero aunque los hogares acumulen menos rendimientos con sus ahorros, "una política acomodaticia es compatible con la recuperación económica, que a su vez refuerza el empleo, los ingresos, la rentabilidad de los ingresos fiscales y la inversión", añade.
Los datos confirman que la recuperación cíclica de la economía de la Eurozona se está siendo cada vez más sólida y los riesgos han disminuido
En la misma línea, sostiene que aunque se reduzca la rentabilidad de las pensiones, la cartera de inversiones ha crecido gracias al efecto de las medidas de la autoridad monetaria. Mientras que los efectos sobre los bancos "tienden a compensarse entre sí", asegura. La rentabilidad del negocio es menor, pero también disminuye la morosidad. El impacto "depende de la fortaleza del balance".
El presidente del BCE asegura que "las cosas están mejorando claramente" en la Zona Euro. La recuperación ha pasado de ser "frágil y desigual a tener una base amplia", un mensaje que ha repetido apenas dos semanas después de la reunión del banco central, en la que reafirmó su política monetaria. El IPC interanual de abril alcanzó en la Eurozona el 1,9%, rozando el objetivo de que la inflación se sitúe, cerca pero por debajo, del 2% a medio plazo. Sin embargo aún no es suficiente. Draghi ha enumerado en Países Bajos las cuatro condiciones de la institución que preside para comenzar a virar su política, actualmente con los tipos al 0% y la compra de bonos en 60.000 millones de euros mensuales hasta, como mínimo, diciembre.
1. CAMINO HACIA EL 2%
"La inflación general debe estar en el camino hacia los niveles cercanos, pero por debajo, del 2% en un horizonte significativo de medio plazo", explica Mario Draghi.
2. CONFIANZA
Otro requisito que enumera el banquero italiano es que la institución tenga suficiente confianza en el impulso de la inflación, algo que hasta ahora no ha sido así. El economista siempre recuerda que el auge de los precios en 2017 se debe al efecto de las materias primas, con el petróleo en 50 dólares frente a los 30 dólares de inicios del año anterior.
3. INFLACIÓN AUTO-SOSTENIDA
Con este mensaje Draghi reclama que la inflación tenga una evolución al alza sin la necesidad de que esté impulsada por el BCE: "Que la inflación sea auto-sostenida, lo que significa que mantendrá su trayectoria incluso con la disminución del apoyo de la política monetaria", arguye.
4. NO ES SÓLO CUESTIÓN DE ALEMANIA
Sin citar expresamente a Alemania, Draghi ha vuelto a recordar que el objetivo es común para todo el área: "La métrica relevante es la inflación de la Eurozona, no las tasas de inflación de un país en particular".
Mario Draghi ha puesto encima de la mesa otra reivindicación que se repite en los últimos años por parte del BCE: "Con el fin de aprovechar plenamente las ventajas de nuestras medidas de política monetaria, otros ámbitos políticos deben contribuir mucho más decisivamente a fortalecer el crecimiento económico". Es decir, pide nuevamente que los políticos actúen a través de su capacidad fiscal, cuando la haya, y reformas estructurales.