- Los constitucionalistas culpan a los secesionistas de la desaceleración de la economía
- Algunos valores de la bolsa y los bonos mostraron volatilidad tras el 1 de octubre
Cataluña celebra este jueves unas elecciones autonómicas que llegan con un claro tono de urgencia política, social y económica. De hecho, el único consenso que hay entre los candidatos es el de tildar a los comicios como históricos.
La economía ha elevado su peso en el discurso de los candidatos durante las últimas semanas, aunque con diferentes focos de cara a las elecciones de este 21 de diciembre que convocó Mariano Rajoy como presidente del Gobierno al aplicar el artículo 155 con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos y la ratificación del Senado. Las encuestas apuntan a un nuevo Parlament fragmentado entre las fuerzas secesionistas de Esquerra, JuntsxCat y la CUP por un lado, los constitucionalistas o unionistas PSOE, Ciudadanos y PP por el otro. Y En Comú Podem en el medio.
Desde los independentistas, las cifras económicas aluden a la fortaleza y dinamismo de la economía catalana hasta septiembre y de los agravios fiscales que denuncian en el trato con el resto de España. Mientras que el resto de partidos advierte de la desaceleración del crecimiento de Cataluña que se ha dejado ver en el empleo, el turismo o la actividad industrial. La campaña también ha dejado anécdotas como el desconocimiento de la tasa de paro de Cataluña (12,5% en la EPA del tercer trimestre) por parte de Inés Arrimadas y Marta Rovira en otro debate en 'La Sexta'.
En realidad, el supuesto agravio fiscal ha sido el eje del discurso soberanista en la última década. En momentos de recortes es fácil ganar adeptos cuando se justifican con el ‘España nos roba’ de 16.000 millones de euros anuales que Carles Puigdemont recuperó en octubre, un dato que recalcó este domingo el ex conseller y número cinco en la lista de JuntsxCat, Josep Rull, en el debate organizado por 'La Sexta'. Aunque el propio ex president aludió hace una semana desde Bruselas a que cada familia catalana pierde 10.000 euros al año, lo que teniendo en cuenta que hay cerca de tres millones de hogares, supondría un número de 30.000 millones de euros. Es decir, duplicó el mensaje de ‘España nos roba’.
El supuesto agravio fiscal ha sido el eje del discurso soberanista en la última década, con la denuncia de un déficit fiscal de 16.000 millones de euros de Cataluña frente al resto de Cataluña
El origen de los 16.000 millones son las balanzas fiscales que la Generalitat ha publicado para los ejercicios desde 1986 hasta 2012. La primera publicación de la Conselleria de Economía y Hacienda se realizó en 2005, bajo el mandato del tripartito formado por PSC (José Montilla fue el president), Esquerra e ICV. Desde entonces se publicaron registros para los años siguientes hasta 2012, actualización que se liberó en mayo de 2016.
La Generalitat calcula en estos documentos la brecha entre los ingresos y los gastos del sector público en el territorio, aunque sin un análisis detallado sobre la procedencia de los números. Para ello hay dos vías: el flujo monetario, que se basa en la contabilización de los ingresos y gastos monetarios en la comunidad; y la de carga-beneficio, que estima el impacto en la economía y en el bienestar de los ciudadanos de un territorio. A pesar de las palabras de Puigdemont en octubre, los datos disponibles en ese momento apuntaron a saldos fiscales negativos en Cataluña que están lejos de los célebres 16.000 millones de euros. En 2012 fue de 14.623 millones de euros con el flujo monetario y de 10.030 millones por carga-beneficio.
La media de este agujero fiscal que critican algunos sectores catalanes es de 14.000 millones de euros entre los años 2000 y 2012. Los desvíos más importantes se produjeron entre 2008 y 2010, únicos años en los que se alcanzaron los 16.000 millones de euros. Sin embargo, después de la declaración de Puigdemont e incluso de la aplicación del artículo 155, la Generalitat publicó el pasado mes de noviembre la balanza fiscal para los ejercicios 2013 y 2014. El déficit fiscal que recoge el documento es de 16.570 millones en 2014 y de 15.493 millones en 2013 según el enfoque de flujo monetario, con 11.590 millones y 11.477 millones respectivamente por carga-beneficio.
VUELVEN LOS 16.000 MILLONES
Es decir, el ‘España nos roba’ vuelve a ser de 16.000 millones. Un hecho que rompe la tendencia de los dos años anteriores al reducirse a la vez que el déficit público, ya que un hecho clave de estas estimaciones es que se computa el desequilibrio presupuestario por la presunción de futuros esfuerzos fiscales para pagar la deuda por parte de los ciudadanos.
La estimación está muy alejada de los números que maneja el Ministerio de Hacienda con la metodología de carga-beneficio desarrollada por los investigadores Ángel de la Fuente (Fedea y CSIC), Ramón Barberán (Universidad de Zaragoza) y Ezequiel Uriel (Universidad de Valencia). El déficit de Cataluña es de 9.892 millones en este caso, la segunda comunidad más desfavorecida tras Madrid, con 19.205 millones de saldo negativo. Aunque en porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB), tanto Madrid como Baleares, con un 9,8% y un 5,8% respectivamente, salen peor paradas que el 5% catalán.
Las cifras también guardan mucha distancia con los 3.000 millones que se atribuyen a Andreu Mas-Colell, ex conseller de Economía, y que han incorporado a su discurso en las últimas semanas el socialista Josep Borrell y los candidatos Miquel Iceta (PSC) e Inés Arrimadas (Ciudadanos) para desmontar el argumento del agravio. El propio Mas-Colell explicó en un artículo en el diario 'Ara' que llegó a esa cifra bajo el enfoque de carga-beneficio, a su juicio menos acertado, y sin tener en cuenta el impacto del déficit público, que cree que se debe considerar.
Ciudadanos aboga por una reforma del modelo de financiación autonómica y el PSC pide mayor autonomía fiscal para Cataluña
Los candidatos constitucionalistas no son ajenos al agravio que sienten muchos catalanes. “Lideraremos la reforma del modelo de financiación autonómica defendiendo los intereses de todos los catalanes”, se compromete Ciudadanos. Aunque no especifica cómo. Mientras que el PSC aboga por una mayor autonomía fiscal y una quita de deuda. En 2012, el entonces president Artur Mas reclamó un concierto catalán como País Vasco, algo que Jordi Pujol rechazó décadas antes.
Rajoy respondió negativamente y comenzó la deriva independentista de la Generalitat, que llevó al Ejecutivo catalán a rechazar participar en el grupo de expertos que desarrolló durante la primera mitad de año una propuesta de reforma del modelo de financiación autonómica como base para la negociación política posterior. Este documento recoge una mejoría de 470 millones de euros -un 2,8%- en los recursos disponibles de Cataluña, según cálculos de Ángel de la Fuente aplicando la propuesta al ejercicio 2015.
LIDERAZGO PERDIDO
La financiación no es la única cuestión económica en juego este jueves y en las negociaciones posteriores para formar Gobierno. La economía catalana ha dado muestras de desaceleración en las últimas semanas y los pronósticos apuntan a un futuro mucho peor si continúa la incertidumbre por el ‘procés’. El Banco de España advirtió que en el peor de los casos, en un escenario de prolongación de la incertidumbre, Cataluña entraría en recesión entre 2018 y 2019. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) estima que el crecimiento se ha reducido prácticamente a la mitad en el cuarto trimestre, desde el 0,9% entre julio y septiembre hasta un ritmo del 0,5%. Una desaceleración de la que también ha advertido el ministro Luis de Guindos.
El dato más llamativo es el de la fuga de empresas. Más de 3.000 compañías han movido su sede social desde el 1 de octubre, incluyendo la mayor parte de las grandes firmas y casi la totalidad del sector financiero, con CaixaBank y Banco Sabadell a la cabeza. No obstante, la mayor parte de estas empresas no han movido sus centros de trabajo y de producción, con lo que, como recuerda el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha, apenas hay impacto tributario. Tampoco en la economía real.
Esto no quiere decir que el procés no haya tenido efectos en la economía y, como derivada posterior, en el bolsillo de los catalanes. En octubre Cataluña encabezó el aumento del paro con el peor dato desde 2008, mientras que en noviembre volvió a repuntar con la mayor alza en en este mes en los últimos ocho años, hasta los 422.462 desempleados.
El flujo de estadísticas apunta a un ‘sorpasso’ en el liderazgo del PIB regional por parte de Madrid frente a Cataluña
El sector turístico es uno de los que más ha notado la incertidumbre. En octubre cayeron las cifras de viajeros y pernoctaciones tanto de españoles como de extranjeros con destino a Cataluña, según la encuesta de ocupación hotelera del INE. El número de pernoctaciones de españoles en la región disminuyó un 2%, hasta los 1,19 millones, mientras que las pernoctaciones de turistas extranjeros se redujeron un 3% hasta los 3,37 millones. La estadística de movimientos turísticos en fronteras (Frontur) reflejó la visita de 1,5 millones de turistas internacionales a Cataluña en octubre, lo que representó un descenso interanual del 4,7%, frente al aumento del 1,8% en el conjunto de España.
Los datos de pedidos industriales previos al 1 de octubre coinciden en el impacto en la economía real, lo mismo que muestra la evolución de las matriculaciones de automóviles, con un empeoramiento de los datos en Cataluña en el tramo final del ejercicio. Por su parte, el PMI servicios que elabora la consultora Markit refleja una preocupación entre los empresarios: “Algunos de los encuestados comentaron que la incertidumbre política en Cataluña redujo la demanda”, explica el informe. Asimismo, "algunos encuestados informaron que la actividad disminuyó debido a la incertidumbre política en Cataluña", añade.
El flujo de estadísticas apunta a un ‘sorpasso’ en el liderazgo del PIB regional por parte de Madrid frente a Cataluña. Al finalizar 2016, según el INE, la generación de riqueza en Cataluña fue de 211.915 millones y en Madrid de 210.813 millones. Durante los tres primeros trimestres, ambas regiones han crecido por encima del 3% interanual, según estimaciones de la AIReF y de Centro de Predicción Económica (Ceprede). El problema ha llegado en el último trimestre. Sólo en la primera semana posterior al 1 de octubre el economista David Veredas, de la escuela de negocios belga Vlerick Business School, estimó un impacto de más de 6.700 millones en el PIB catalán suficiente para que haya adelantamiento por parte de Madrid. El goteo de cifras consolida esta hipótesis: Cataluña pierde su liderazgo.