La futura presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha señalado que la economía de la zona euro afronta desafíos a corto plazo, por lo que sigue siendo necesaria una política monetaria altamente acomodaticia por un período de tiempo prolongado.
Noticia relacionada
Las siete claves de UBS para afrontar la actual situación de mercadoEn una comparecencia ante la comisión de asuntos económicos del Parlamento europeo, Lagarde también ha señalado que el banco central debe tener en cuenta los efectos secundarios negativos de las herramientas no convencionales que el organismo aplica para espolear el crecimiento. Aunque ha insistido en la necesidad de seguir usando estos mecanismos.
En su discurso inicial, Lagarde ha remarcado que "los desafíos no han desaparecido" para la eurozona, porque se enfrenta a riesgos protagonizados principalmente por factores externos y la inflación "sigue siendo demasiado baja" y se encuentra "legos del objetivo".
"Por tanto, comparto la opinión del Consejo de Gobierno de que la elevada política acomodaticia está justificada durante un periodo prolongado de tiempo para conseguir que la inflación llegue al famoso por debajo pero cerca del 2%", ha afirmado, para después apuntar que, a pesar de ello, también hay "cuestiones importantes" que la política monetaria también tendrá que abordar.
El primero de estos asuntos es la necesidad de vigilar los efectos secundarios negativos de la política monetaria, aunque su resultado general sea positivo. El segundo, reto que ha nombrado es el entorno global de bajos tipos de interés y el último, el surgimiento de nuevos desafíos como el cambio climático, el impacto del cambio tecnológico y la fragmentación del orden internacional.
Lagarde ha prometido a los eurodiputados que si es nombrada finalmente presidenta del Banco Central Europeo, guiará su actuación sobre la base de tres principios, que son el compromiso con el mandato del BCE, la agilidad para responder a estos nuevos retos y la "inclusividad".
La exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) sustituirá al actual presidente del BCE, Mario Draghi, a partir del 1 de noviembre.