La próxima presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, parece ser tan partidaria de los tipos de interés negativos como el actual responsable del organismo, el italiano Mario Draghi. En las respuestas escritas presentadas al Parlamente Europeo, que se publicaron este jueves y que recoge MarketWatch, Lagarde señala que los tipos de interés negativos han ayudado a Europa. El tipo de interés de los depósitos del BCE es negativo, y se sitúa actualmente en el -0,4%.
"Por un lado, los bancos pueden decidir pasar la tasa de depósito negativa a los depositantes, bajando el interés que éstos obtienen sobre sus ahorros", escribió. "Por otro lado, los mismos depositantes son también consumidores, trabajadores y prestatarios. Como tales, se benefician de un mayor impulso económico, de una reducción del desempleo y de un menor coste de los préstamos. En definitiva, si no se aplicara la política monetaria no convencional adoptada por el BCE -incluida la introducción de tipos de interés negativos-, los ciudadanos de la zona del euro estarían, en general, en peor situación", explica.
Los bancos europeos se han quejado del impacto de esta política del BCE en su rentabilidad, pero incluso en este punto la actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) defendió las medidas.
"Con respecto al impacto de los tipos negativos en la rentabilidad de los bancos, el análisis empírico sugiere que los efectos negativos en los ingresos netos por intereses de los bancos han sido compensados con creces por los beneficios de un mayor crédito bancario y menores costes de provisiones y deterioro debido a un mejor entorno macroeconómico, que en gran medida es resultado de una política monetaria acomodaticia", escribió.
El actual presidente del BCE, Mario Draghi, dejará su cargo el próximo 31 de octubre. Las actas de la última reunión del BCE muestran que es probable que los miembros introduzcan un paquete de medidas de estímulo en la reunión del 12 de septiembre.
