La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha avisado de que la inflación en los países de la Eurozona podría dispararse hasta el 7% en 2022 como consecuencia de la guerra de Ucrania. De hecho, el impacto del conflicto bélico en los precios de la energía y los alimentos ya se está dejando notar con fuerza cuando se acaba de cumplir un mes desde que comenzó la invasión rusa.
La inflación media probablemente se situará en torno al 5,1%, ha agregado Lagarde en una comparecencia este jueves en Frankfurt. Según recoge 'Efe', la banquera central ha pronosticado, sin embargo, que se podrá mantener el objetivo a medio plazo del 2%, aunque ha avisado de que la política monetaria del BCE dependerá del impacto económico de la guerra.
Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.
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La inflación de la eurozona se dispara a un récord del 5,9% en febrero por la energíaEn cualquier caso, ha dicho, el banco central cuenta con la capacidad y disposición para diseñar y desplegar "nuevos instrumentos" con el fin de asegurar la transmisión de la política monetaria a medida que se avanza hacia la normalización. En este sentido, recoge 'Europa Press, la francesa ha recordado la apuesta por la flexibilidad del Consejo de Gobierno del BCE, lo que subraya la disposición del órgano para utilizar una amplia gama de instrumentos para hacer frente a la fragmentación.
Y es que Lagarde ha reconocido que la política monetaria se enfrenta actualmente a un nuevo desafío a causa de la guerra en Ucrania, y ha admitido que "cada vez es más seguro" que la dinámica de la inflación a medio plazo no volverá al patrón anterior a la pandemia. En este sentido, ha considerado que el conflicto golpea a la economía en un momento en que la inflación ya es alta, por lo que el riesgo de afectar a las expectativas es mayor, además de asumir que "podría poner en marcha nuevas tendencias inflacionarias que tardarán un tiempo en manifestarse".
También ha recordado que la guerra plantea riesgos significativos para el crecimiento, en particular a corto plazo, lo que podría deprimir la inflación a medio plazo si implica que la economía vuelve a su plena capacidad más lentamente. "Somos conscientes de los riesgos que se avecinan y estamos listos para revisar nuestro plan si los datos entrantes así lo requieren", ha concluido.