• Esa suma equivale a la pérdida de unos 5,5 millones de jornales (salario diario) en todo el país, según CCOO
  • El sector reclama al Gobierno un estudio sobre los trabajadores afectados y sobre una adaptación de la agricultura a la sequía
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SequíaEUROPA PRESS/ASAJA

El sector agrícola es uno de lo más afectados por la sequía. La falta de agua hace que no se pueda cultivar, que la producción sea menor y que los precios suban. Pérdidas millonarias para un sector que siempre está pendiente del cielo y que pide un estudio riguroso para adaptar la agricultura a la situación actual. A todo esto hay que añadir la consecuencia laboral. Menos contratos y menos asalariados en el sector.

Este sector supone el 2,5% del PIB español. Un porcentaje que ha ido disminuyendo conforme el país se ha vuelto más industrial y, sobre todo, más centrado en el sector servicios. Sin embargo, la agricultura y la ganadería ocupan a unas 800.000 personas por cuenta ajena. Concretamente, según los datos de Contabilidad Nacional Trimestral, este sector contaba con 750.758 trabajadores en el tercer trimestre de 2017.

Unos trabajadores que se están viendo afectados por la sequía. Hay que recordar que el empleo en este sector es completamente temporal. De hecho, el índice de temporalidad está en torno al 60%. “No está habiendo despidos, lo que sí hay es falta de contratación”, asegura José Fuentes, adjunto del sector agrícola de la Federación de Industria de CCOO.

Las comunidades más afectadas son Castilla y León, Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Extremadura, Aragón y parte de Cataluña

Fuentes señala que debido a la sequía se han perdido en torno a unos 5,5 millones de jornales (salario diario) en el sector agrario en el conjunto del país. Aunque matiza que “es una aproximación”, esta cifra supone unas pérdidas económicas de 350 millones de euros. “Es decir, esto es lo que han dejado de cobrar los agricultores por la falta de agua”, asegura.

Ante estas realidades, el representante de CCOO lamenta que las medidas que está poniendo en marcha el Gobierno “se olvidan de que el sector agrario está compuesto por casi 800.000 trabajadores. No lo está contabilizando”. Las comunidades más afectadas son Castilla y León, Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Extremadura, Aragón y parte de Cataluña.

“En algunos sectores, como los cereales y ciertos cultivos de hortalizas, han tenido que prescindir de mano de obra”, asegura Lorenzo Ramos, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Así, apunta que en los cultivos de la viña ha habido una reducción importante de la producción, “algo que ha repercutido en el empleo, que habrá caído como la producción, en torno a un 20-25%”.

REFLEJO EN LOS DATOS

Esta consecuencia en el mercado laboral ya se ve reflejada en los datos. Por ejemplo, en los datos de afiliados de la seguridad social. En octubre, había 755.833 afiliados en el sistema especial agrario (que está dentro del sistema general), un 2,36% menos que en el mismo mes de 2016.

También se ve en la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre. Durante este periodo el número de ocupados era de 777.000, una caída del 6,6% respecto al trimestre anterior. También ha habido diferencia en el número de parados. En el tercer trimestre de este año, el número de parados en el sector agrícola era de 235.100 frente a los 206.000 desempleados del segundo trimestre.

“La mayoría de los trabajadores son temporales, el contrato que más se utiliza es el de obra y servicio”, apunta José Fuentes. No obstante, incide en que no hay despidos en empresas importantes, pero sí menos contratación. “No sólo afecta a lo que es el sector primario de la recolección, sino también afecta a los almacenes de manipulación y a los de empaquetado de frutas y hortalizas”, puntualiza.

REPERCUSIONES INMEDIATAS

La falta de empleo conlleva a unas consecuencias que se van a empezar a ver. Así, los trabajadores del sector agrícola “van a dejar de percibir las prestaciones sociales, con la contributiva de empleo, la asistencia o el subsidio agrario, porque no van a tener las jornadas trabajadas necesarias para ello”, advierte el representante sindical.

A este aviso hay que añadir las pérdidas en las industrias agroalimentarias, ya que la materia prima sale de las explotaciones en las que hay poca producción. “Esta consecuencia va a aumentar sus costes porque las materias primas llegarán de otros sitios, lo que repercutirá en el empleo y puede que se establezcan en algunos casos ERE por causas de fuerza mayor”, asegura Fuentes.

Desde el sector lamenta que la falta de trabajo va a repercutir a la hora de pedir prestaciones por desempleo

MEDIDAS PALIATIVAS

Por todo esto, el sector considera necesario y urgente que el Gobierno acuda a Bruselas a por los fondos comunitarios para paliar la situación del sector. Desde CCOO piden que se haga un “riguroso” estudio entre el Ministerio de Empleo y el de Agricultura para conocer las pérdidas reales de empleo asalariado.

Con la pérdida de 5,5 millones de jornales, CCOO plantea que se refuercen los planes de fomento de trabajo agrario en las comunidades autónomas. Asimismo, proponen medidas excepcionales similares a las que establecen cuando se declara una zona catastrófica. Otra de las iniciativas que mencionan es que, con carácter excepcional, “a esos trabajadores que pasen a una situación de regulación de empleo no les corra el contador del paro”.

José Fuentes asegura que la situación no va a mejorar. “Estamos ante un problema estructural y hay que hacer un planteamiento en profundidad”, reclama. Considera que se debe estudiar cómo se administra el agua en España y, sobre todo, “qué tipo de cultivos se necesitan en nuestro país para obtener una agricultura competitiva, que genere empleo estable y de calidad”. Por este motivo, incide en la necesidad de hacer un estudio en profundidad sobre qué tipo de agricultura “hay que tener en el futuro”.

Lorenzo Ramos reconoce que dan el año por perdido y añade que esta situación ya está teniendo efecto para el año 2018. “Es un tema que nos preocupa a nosotros, ya que en un momento determinado puede llegar a afectar a abastecimiento de alimento”, asegura el secretario general de UPA. Además, alerta de que los precios se van a disparar.

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