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La economía del sector manufacturero de la zona euro se contrae a un ritmo récord en abril, al experimentar un deterioro importante de las condiciones operativas, ya que las restricciones gubernamentales impuestas para limitar la propagación global del Covid-19 afectaron al sector. Así, la producción, los nuevos pedidos, las ventas de exportación y la actividad de compras cayeron a ritmos récord, mientras que los problemas de la oferta se intensificaron a un ritmo sin precedentes. La confianza en el futuro se desplomó hasta alcanzar una nueva mínima de la serie.

El índice PMI, publicado este lunes y elaborado por la consultora Markit, del sector manufacturero de la zona euro se situó en 33,4 en abril, un resultado muy por debajo de los 44,5 puntos de marzo. Al situarse por debajo de su lectura flash precedente, el reciente índice PMI fue el más bajo jamás registrado por la serie (que comenzó en junio de 1997), superando las lecturas observadas durante el pico de la crisis financiera mundial e indicando un deterioro considerable de las condiciones operativas.

La producción de la zona euro en su conjunto cayó a un ritmo récord del estudio en abril, al igual que los nuevos pedidos. Las empresas encuestadas ampliamente mencionaron que las restricciones de las actividades económicas no esenciales y las medidas de distanciamiento social asociadas conllevaron a una paralización generaliza de la demanda y la producción. Debido a restricciones similares en todo el mundo, a las que se han sumado los desafíos del transporte, el comercio de exportación también cayó a un ritmo récord del estudio.

Los retrasos en las rutas de transportes, junto a los desafíos en el suministro de materiales y al cierre de las empresas conllevaron a que el plazo de entrega de los materiales a los fabricantes continuara alargándose. A juzgar por los últimos datos de la encuesta, los plazos medios de entrega se deterioraron en abril a un ritmo sin precedentes en los casi 23 años de la historia del estudio.

De cara a los próximos doce meses, los fabricantes se mostraron extremadamente pesimistas sobre la producción futura

La demanda de insumos también se redujo notablemente a medida que las empresas recortaron las compras no esenciales. Como las empresas prefirieron utilizar los inventarios existentes para impulsar el flujo de caja y el capital circulante, el declive de la actividad de compras fue el más fuerte en la historia del estudio.

El rápido deterioro de la producción y de los nuevos pedidos hizo que el exceso de capacidad continuase aumentando en abril, hecho subrayado por una notable reducción de los pedidos pendientes de realización. Se registró una caída de los pedidos por completar por vigésimo mes consecutivo y esta última fue la más fuerte registrada por la encuesta desde febrero de 2009. En consecuencia, los fabricantes redujeron sus niveles de personal por duodécimo mes consecutivo. De hecho, la tasa de contracción fue considerable y la más aguda desde abril de 2009.

En medio de informes de caída de precios del petróleo y de sus derivados, el coste medio de los insumos disminuyó fuertemente en abril por undécimo mes consecutivo. Los precios de venta también se redujeron, y a la tasa más fuerte indicada por el estudio en diez años y medio.

De cara a los próximos doce meses, los fabricantes se mostraron extremadamente pesimistas sobre la producción futura. La preocupación sobre el impacto a largo plazo en la actividad económica y la demanda hizo que el sentimiento se desplomase a una nueva mínima de la serie en abril. De todos los países cubiertos por el estudio, los fabricantes españoles, alemanes y austriacos se mostraron los más pesimistas.

Por países, los índices PMI se redujeron en toda la región, y las cifras registraron mínimas históricas (en Austria, Francia, Grecia e Italia) o señalaron lecturas solo superadas durante el apogeo de la crisis financiera mundial. Grecia y España registraron los índices PMI más bajos, seguidas de Italia y Francia. Los Países Bajos indicaron el mejor resultado, pero incluso en este país el ritmo de contracción fue marcado. En Markit señalan que "todos los países sufrieron caídas récord de la producción manufacturera, e Italia indicó el mayor declive, ya que las medidas para contener el coronavirus se intensificaron durante el mes".

"Como se ha observado un aplanamiento de las curvas del virus y recientemente las conversaciones han comenzado a mencionar la posibilidad de levantar algunas de las restricciones impuestas por la pandemia, con suerte abril habrá representado el ojo de la tormenta en términos del impacto del virus en la economía, lo que significa que probablemente el ritmo de declive ahora comenzará a moderarse. A menos que se produzca una segunda ola de infecciones, lo que entorpecería cualquier recuperación en curso, las noticias deberían comenzar a mejorar a medida que observamos que más personas y empresas vuelven al trabajo", explican.

No obstante, consideran que "el índice PMI muestra un sector industrial que se ha derrumbado a una tasa de disminución trimestral medida en dos dígitos, y la recuperación será frustrantemente lenta. Los pasos necesarios para mantener a los trabajadores sanos y salvos significarán que incluso las empresas que pueden reiniciar la producción generalmente funcionarán a baja capacidad, y la mayoría trabajarán en un entorno de demanda muy reducida. No solo el gasto de los hogares seguirá siendo históricamente débil, sobre todo debido a los continuos cierres de tiendas, sino que el gasto empresarial en insumos, maquinaria y equipos también seguirá siendo moderado durante algún tiempo".

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