- Las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones han dañado principalmente los cultivos de cereales, leguminosas y colzas
- La herramienta básica que tienen las explotaciones para hacer frente a esta situación son los seguros agrarios
España se enfrenta probablemente a la peor sequía en 20 años. Pese a las lluvias de esta semana, la falta de precipitaciones y los embalses ya por debajo del 38% de su capacidad, multiplican los problemas para abastecer al ganado y sacar adelante las producciones agrícolas, lo que se traduce en pérdidas millonarias, solo una parte de ellas, cubiertas por los seguros agrarios.
El sector cifró a finales de septiembre en 2.500 millones de euros el recorte de producción derivado de la sequía y otras inclemencias climáticas como las heladas y los pedriscos. Una superficie afectada de más de 1,6 millones de hectáreas, de las que 1,3 corresponden a siniestros de sequía y helada.
Según datos facilitados por el Ministerio de Agricultura actualizados a 5 de octubre, las altas temperaturas y la ausencia casi total de precipitaciones han producido el agostamiento prematuro de los pastos y se han dañado principalmente los cultivos de cereales, leguminosas y colzas, si bien la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) también añade pérdidas en las producciones de vino, aceite y ganadería por las inclemencias climáticas.
Las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones han dañado principalmente los cultivos de cereales, leguminosas y colzas
En este contexto, explican que la práctica totalidad de la ganadería extensiva en España también se está viendo afectada por la falta de pastos e incluso agua para abrevar. Desde el Ministerio indican que las zonas más afectadas en este aspecto son el noroeste y centro peninsular, incluyendo la casi totalidad de Castilla y León y Extremadura y buena parte de Castilla la Mancha, Galicia, La Rioja y la zona central y sur de Aragón. Por ello, desde Asaja alertan de que, aunque aún no están cuantificadas las pérdidas en el sector ganadero, “el incremento de los costes de producción por la alimentación suplementaria que hay que aportar al ganado o el abastecimiento de agua con cisternas está provocando muchas dificultades económicas a diversas explotaciones”.
LAS CASTILLAS, LAS MÁS PERJUDICADAS
Asimismo, desde Agricultura calculan que la superficie total siniestrada en cereales de invierno y leguminosas es de 1,65 millones de hectáreas, siendo las zonas más afectadas Castilla y León y Castilla La Mancha.
Por su parte, Asaja alerta del recorte en la producción de cereal. Si la media de los últimos cinco años se sitúa en los 20,63 millones de toneladas, para esta campaña se esperan 13 millones, un 58% menos. Algo parecido ocurre con el vino. Mientras la producción media de los últimos cinco años es de 40 millones de hectolitros, este año no pasará de los 35 (un 14% menos).
Finalmente, respecto al aceite, las últimas previsiones sitúan la producción por debajo de un millón de toneladas, respecto a los 1,2 millones de media en los últimos cinco años. Estas cifras se traducen en una reducción de ingresos de más de 700 millones de euros considerando un precio medio de 3,7 euros por kilo de aceite.
La herramienta básica que tienen las explotaciones agrarias para hacer frente a esta situación son los seguros agrarios
700 MILLONES EN INDEMNIZACIONES
La herramienta básica que tienen las explotaciones agrarias para hacer frente a esta situación son los seguros agrarios. Así, Agroseguro, el sistema español de seguros agrarios, confirma que 2017 está siendo un año de elevada siniestralidad en general. Y, aunque no especifican el impacto específico de la sequía, sí calculan que las indemnizaciones alcancen los 725 millones de euros en total.
No obstante, al igual que lo hace el Ministerio de Agricultura, sí inciden en que los cultivos herbáceos (cereal de invierno, leguminosas o arroz) son los más afectados. Para ellos la previsión de indemnizaciones a escala nacional es superior a 220 millones de euros, cifra récord para los seguros de herbáceos en toda la historia del seguro agrario. Por ejemplo, en el año 2012 las indemnizaciones para estos cultivos por sequía y helada se situaron en 115 millones de euros, aunque es cierto que la producción asegurada actualmente es un 21% superior. Igualmente, las previsiones en indemnizaciones por el seguro de compensación por pérdida de pastos asciende a más de 36 millones de euros.
Para Agroseguro, Castilla y León es la comunidad más afectada, con más de 800.000 hectáreas hasta la fecha, de las que 766.000 lo son por sequía y helada. El nivel de implantación del seguro para esta zona y para la cosecha de 2017 es de más del 63%.
AYUDAS DEL GOBIERNO
“La política de seguros es una prioridad estratégica para el Gobierno, como una importante herramienta para dar estabilidad al sector”
El Ministerio, por su parte, también promueve medidas para dar respuesta a esta situación. Por ello, en un contexto en el que el sector se queja del encarecimiento de los seguros agrarios para la campaña 2017-2018, asegura que este año ha contribuido con 211,27 millones de euros al pago de las pólizas de aquellos productores que han decidido contratar el seguro. Porque “la política de seguros es una prioridad estratégica para el Gobierno, como una importante herramienta para dar estabilidad al sector”, señalan.
Además de las actuaciones relativas al seguro, el Ministerio de Agricultura indica que se han adoptado numerosas medidas para paliar la falta de liquidez por la reducción de cosecha o, en el caso de la ganadería, compensar el incremento de costes por ausencia de pastos. Entre otras, enumeran rebajas fiscales, exenciones de pago de cánones y tarifas de utilización de agua del riego, moratoria de un año sin intereses en el paso de las cotizaciones de la Seguridad Social o financiación de avales en préstamos de liquidez.
LA PEOR SEQUÍA DESDE LOS 90
La sequía que afecta a diversas zonas de España desde la primavera, se ha acentuado en un inicio de otoño cálido, apenas paliado con las lluvias registradas esta semana. Las reservas hídricas han caído esta semana al 37,85% de la capacidad total de los embalses, 11 puntos menos que la misma semana de 2016 y casi 15 por debajo que la media de la misma semana en la última década. Un registro solo superado durante el periodo de sequía comprendido entre 1992 y 1995, cuando las reservas llegaron a caer hasta el 26,4%.
Entre las zonas más afectadas está Galicia, una de las comunidades más húmedas de la península, donde además de las numerosas pérdidas económicas por la reducción de producciones agrícolas o el incremento de costes ganaderos por ausencia de pastos, se sumó el pasado fin de semana el impacto de los incendios, otro riesgo inherente que también va asociado a la sequía.