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La OCDE ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento de cara al próximo año para la mayoría de las principales economías del mundo. "El crecimiento económico mundial sigue siendo fuerte, pero ha superado su nivel máximo reciente y se enfrenta a riesgos en aumento", asegura.

Entre estos riesgos señala el aumento de las tensiones comerciales y el endurecimiento de las condiciones financieras, según el último Panorama económico de la OCDE. "Los conflictos comerciales y la incertidumbre política se están sumando a las dificultades que enfrentan los gobiernos para garantizar que el crecimiento económico siga siendo fuerte, sostenible e inclusivo", ha dicho el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría.

Ahora se espera que el PIB global se expanda en un 3,5% en 2019, en comparación con el pronóstico del 3,7% en las perspectivas de mayo pasado y en un 3,5% en 2020. El panorama más inestable en 2019 refleja el deterioro de las perspectivas, principalmente en mercados emergentes como Turquía, Argentina y Brasil, mientras que la mayor desaceleración en 2020 es más un reflejo de la evolución de las economías avanzadas, ya que el comercio más lento y el menor apoyo fiscal y monetario pasan factura, explican.

Para España, revisó a la baja en dos décimas el crecimiento para este año, de 2,8 % a 2,6 %, respecto a sus estimaciones del pasado mayo, en línea con las últimas previsiones realizadas por el Gobierno español. También rebajó en dos décimas (del 2,4 % al 2,2 %) sus estimaciones para 2019, mientras que auguró que esa moderación del crecimiento continuará en 2020, donde prevé un 1,9 %.

La revisión de la OCDE sigue dejando, pese a todo, a España como una de las principales locomotoras de la zona euro, ya que en el conjunto de países de la moneda única el producto interior bruto (PIB) crecerá un 1,9 % este año, un 1,8 % el siguiente y un 1,6 % en 2020.

La mayor desaceleración en 2020 es más un reflejo de la evolución de las economías avanzadas

En muchos países, el desempleo está en mínimos históricos y la escasez de mano de obra está comenzando a surgir. Además, el crecimiento del comercio y la inversión han disminuido debido a los aumentos de aranceles. Por su parte, los tipos de interés más altos y la apreciación del dólar estadounidense han provocado una salida de capital de las economías emergentes y están debilitando sus monedas. El estímulo monetario y fiscal se está retirando progresivamente en el área de la OCDE.

El organismo considera que, con los tipos de interés muy bajos en muchos países, especialmente en la zona euro, y con los niveles históricamente altos de deuda respecto al PIB (tanto públicos como privados), "el margen de maniobra de los responsables de las políticas en caso de una desaceleración mundial más marcada es limitado". "Dicha acción debe centrarse en medidas favorables al crecimiento, como la inversión en infraestructura física y digital y orientar el gasto de consumo más hacia los menos favorecidos".

"En la actualidad, hay pocos indicios de que la desaceleración sea más severa de lo proyectado, pero los riesgos son lo suficientemente altos como para dar la alarma y prepararse para cualquier tormenta futura. Será necesaria la cooperación en política fiscal a nivel mundial y del euro". Y esto "también implica responder a las preocupaciones de la gente sobre la falta de mejoras en los salarios, los niveles de vida y las oportunidades. Promover la competencia para mejorar la dinámica empresarial puede ayudar a aumentar la posición de negociación de los trabajadores y reducir los precios para los consumidores", asegura el economista jefe de la OCDE, Laurence Boone.

LAS PREVISIONES DE BRUSELAS, FMI Y OCDE, EN LÍNEA CON EL GOBIERNO

La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha afirmado que las previsiones que publican la Comisión Europea, el FMI y la OCDE están "alineadas con las del Gobierno" y ve un "signo muy positivo de confianza" por parte de Bruselas al valorar el plan presupuestario, cuya credibilidad es "altísima", sin haber enviado aún el proyecto presupuestario.

Asimismo, ha destacado que los datos reflejan que los distintos organismos prevén un crecimiento "robusto" en 2019, junto a una reducción del déficit público y la deuda pública.

Calviño ha añadido que estos organismos recomiendan a España que reduzca la deuda pública, algo que es "incompatible" con la bajada de impuestos que proponen algunos grupos, y ha subrayado que España saldrá el año que viene del brazo correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento con Bruselas, cuyas normas son "más exigentes" respecto al ajuste estructural.

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