- La situación política, con la inminencia de las elecciones presidenciales en 2018, será un desafío añadido para los esfuerzos de consolidación de México
El deterioro de las cuentas públicas mexicanas en un contexto marcado por los probables efectos sobre la economía del país azteca de la nueva política comercial de la Administración estadounidense resulta negativo para la solvencia de México, cuyo rating a largo plazo actualmente es 'A3' con perspectiva negativa, según la agencia Moody's.
La calificadora de riesgos ha revisado medio punto porcentual a la baja su previsión de crecimiento para México, hasta el 1,4% en 2017, "en medio de las indicaciones de un cambio en la política comercial estadounidense que probablemente afecte a México".
La calificadora de riesgos ha revisado medio punto porcentual a la baja su previsión de crecimiento para México, hasta el 1,4% en 2017
De este modo, la agencia advierte de que ante las perspectivas de un crecimiento más débil, la ratio de deuda mexicana seguirá al alza si el Gobierno no es capaz de recortar suficientemente el gasto para reducir el déficit de manera sostenida.
En este sentido, Moody's recuerda que el desequilibrio presupuestario negativo aumentó al 2,9% en 2016 desde el 2,8% de 2015 en vez de la consolidación prevista al 2,5%, a pesar del incremento del 9,1% de la recaudación del Gobierno federal, mientras el gasto creció un 8,9%.
Por su parte, la deuda pública de México se situó el año pasado en el 36,8% del PIB, frente al 34,1% del año anterior, una trayectoria ascendente que se mantiene desde 2012 reduciendo así el espacio fiscal del país norteamericano.
"Una evolución fiscal peor de lo previsto es negativa para el crédito de México y lastra su solvencia en un contexto de apagada actividad económica y crecientes tensiones con EEUU, su principal socio comercial, tras las elecciones presidenciales", advierte Moody's.
A este respecto, la calificadora de riesgos apunta que para cumplir con sus objetivos de consolidación fiscal, el Gobierno mexicano tendrá que controlar firmemente el aumento del gasto, aunque advierte de que con la inminencia de las elecciones presidenciales en 2018, la situación política será un desafío añadido para los esfuerzos de consolidación.
