El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Reino Unido ha descendido en septiembre hasta situarse en el 2,4%, frente al 2,7% año anterior. Este dato va en contra de las previsiones, que esperaban que la inflación británica aumentara hasta el 2,8%.
Según la Oficina Nacional de Estadística (ONS) de Reino Unido, en tasa intermensual, el IPC sufrió un frenazo importante al caer al 0,1% desde el 0,7% de agosto. Los analistas estimaban que se situaría en el 0,5%.
"Los alimentos fueron el principal impulso a la baja de la inflación cuando los aumentos de precios de septiembre del año pasado no volvieron a aparecer, mientras que los precios de los transportes bajaron después de su pico de verano sorprendentemente alto. Sin embargo, los proveedores de energía aumentaron sus precios. Por su parte, los precios de la vivienda en el Reino Unido aumentaron nuevamente a lo largo del año", ha comentado el jefe de la ONS, Mike Hardie.
En cuanto a la inflación subyacente, también desacelera desde el 2,1% hasta el 1,9%, por debajo del 2% esperado.
"Las últimas cifras sobre los precios en el Reino Unido han mostrado una caída mayor a la prevista. Esta es la lectura más baja en 18 meses y sugiere que la inflación volverá a apuntar en un desarrollo agradable para el Banco de Inglaterra. En cinco de los últimos ocho meses han mostrado cifras de inflación inferiores a las previstas y parece que el ajuste de la política del Banco de Inglaterra está dando los resultados deseados", afirman desde XTB.