El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Reino Unido se mantuvo en el 2,4% en octubre en comparación con el mes anterior, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONS) publicados este miércoles. Los expertos esperaban que aumentara hasta el 2,5%.
En los últimos doce meses, los combustibles y las facturas de servicios públicos formaron una gran parte de los aumentos de precios, mientras que los costes de ropa y calzado cayeron un 1,1%. Los precios generales de ropa y calzado cayeron entre septiembre y octubre de 2018, pero aumentaron entre los mismos dos meses del año anterior.
La mayor contribución al alza al IPC continúa viniendo del transporte, con precios que aumentaron un 5,3% en el año hasta octubre. Dentro del grupo de transporte, la mayor contribución sigue siendo la de los combustibles. Además, a electricidad y los precios de la gasolina aumentaron un 9% y un 7,6%, respectivamente, frente a octubre del año pasado.
Por el contrario, la mayor contribución a la baja se debe a los alimentos y bebidas no alcohólicas. Los precios de los alimentos permanecen con pocos cambios desde el inicio de 2018 y cayeron un 0,1% entre septiembre y octubre, en comparación con un aumento del 0,5% entre los mismos dos meses del año anterior.
Desde Hargreaves Lansdown, sus analistas consideran que "la inflación todavía está por encima del objetivo, pero tolerablemente por el momento. El efecto de la libra más débil se ha desvanecido, pero el aumento de los precios del combustible y la energía ha tomado la batuta para mantener la inflación elevada. Además, el crecimiento de los salarios se encuentra en su nivel más alto desde 2008, lo que sugiere que las presiones inflacionarias internas también podrían comenzar a aumentar".
"La buena noticia es que las cifras de crecimiento salarial muestran que el crecimiento salarial en Reino Unido ha aumentado hasta el 3%, lo que significa que a pesar de la inflación, los hogares aún se benefician de tener algunas libras adicionales en sus bolsillos. Más dinero en las carteras de los trabajadores significa más dinero para gastar, lo que en teoría debería dar un impulso a la economía británica", afirman en Fidelity International.