- La estimación de la oficina estadística es de una caída mensual del 0,2%
- La estadística alivia la presión sobre el BCE, que celebrará su próxima reunión el 8 de junio
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El retorno de la inflación pierde fuerza. Lo hace a la vez que se disipan los efectos del incremento de los precios del petróleo durante el pasado año. En Alemania, el IPC se sitúa en el 1,5% interanual en mayo, cinco décimas menos que el mes anterior. El menor crecimiento de los precios en la mayor economía de la Eurozona, y la que más presiona a Mario Draghi, supone un respiro para el economista italiano antes de la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del 8 de junio.
El incremento del 1,5% en los precios al consumo que publica hoy la oficina estadística alemana (Destatis) se sitúa una décima por debajo de la previsión del consenso de analistas. Y en el caso del IPC mensual, dos décimas por debajo, al caer un 0,2% en mayo frente a la evolución plana proyectada por los expertos.
Los datos confirmados se publicarán el próximo 14 de junio, aunque la estimación apunta a una desaceleración del crecimiento de los precios ya esperada por los economistas, debido a la evolución de los precios de los productos energéticos. Los precios del apartado de energía, que tiene un peso del 10,7%, se han incrementado un 2% anual. Muy por debajo del 5,1% de marzo y abril, y del 7,2% en febrero.
Los precios del apartado de energía, que tiene un peso del 10,7%, se han incrementado un 2% anual. Muy por debajo del 5,1% de marzo y abril
Así, la evolución de las materias primas marca el IPC y refuerza las tesis de Mario Draghi. El presidente del BCE defendió que cuando el indicador se fue al 2% tanto en Alemania como en el conjunto de la Zona Euro, el repunte se debió exclusivamente a "efectos coyunturales", mientras que por ahora la inflación es "sostenida por la política monetaria".
Esto es lo que ha ocurrido con el IPC de Alemania. El conjunto de bienes, con un peso del 48% en el cálculo, se encareció un 1,8% frente al 2,2% del mes anterior con la menor subida de la energía. En el sector servicios los precios aumentaron un 1,2% interanual en mayo, lejos del 1,7% de abril aunque por encima del 0,7% de marzo.
Draghi aseguró en el Parlamento de Países Bajos a principios de mes que aún no se dan las condiciones para un viraje de los estímulos de la autoridad monetaria, basados en la compra de bonos por valor de 60.000 millones de euros hasta diciembre, "y más allá, si fuera necesario", así como el 'dinero gratis' con los tipos al 0%. Entre las cuatro condiciones que dio para cambiar su política está que la inflación esté en el camino hacia los niveles cercanos, pero por debajo, del 2%; que el BCE tenga suficiente confianza en el impulso de los precios; que sea "auto-sostenida" aunque disminuyan los estímulos; y que "la métrica relevante es la inflación de la Eurozona, no las tasas de inflación de un país en particular".
Pero estos requisitos no son muy bienvenidos en Berlín. Ni en Fráncfort, donde tiene su cuartel general el Bundesbank, además del propio BCE. A las críticas habituales del ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y a los avisos desde la institución gobernada por Jens Weidmann, esta vez se sumó la voz más poderosa del Viejo Continente. Angela Merkel, la canciller alemana, aseguró a falta de cuatro meses (24 de septiembre) para las elecciones de su país que el euro está "demasiado barato".
La debilidad del euro, criticada por Donald Trump poco después de tomar posesión de la Casa Blanca, es la causa por la que Alemania tiene elevados niveles de superávit, aseguró Merkel. Se trata de un nuevo golpe a la política de Draghi, que hasta el momento no ha dado pistas sobre cuándo se plantea el banco central comenzar a plegar velas y reducir sus estímulos. Algunos analistas han marcado el 8 de junio, cita que esta vez será en Tallin (Estonia), como fecha para ver un cambio en el discurso. Pero el dato de inflación de hoy deja más margen a Draghi.