- En los países que más sufrieron la crisis financiera, como EEUU o España, aún no observa riesgos, pero sí en otros países como Brasil o China
- El 'banco de los bancos centrales' también alerta de un auge del proteccionismo durante la última década
Una y otra vez, la economía parece condenada a repetir los mismos ciclos de expansión del crédito y desembocamiento abrupto de los ciclos de crecimiento en burbujas y recesiones. Así lo advierte el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) en su informe anual, en el que también alerta del auge del proteccionismo durante la última década.
Pese a los niveles actualmente bajos del crecimiento de los precios, “un brote de inflación no se puede excluir”, explica el ‘banco de los bancos centrales’, cuyo director general es el español Jaime Caruana. Aunque “no parece ser el primer factor que amenaza la expansión económica, al menos a corto plazo. A juzgar por los precios de los activos financieros, también los participantes del sector financiero parecen sostener este punto de vista”, agregan los economistas del organismo.
En vista de esto, prosigue el informe, “el papel potencial de los riesgos financieros del ciclo pasa a primer plano”. La institución argumenta que la historia se repite una y otra vez durante las dos últimas décadas. Así, “la causa principal de la próxima recesión quizás se asemejará a la más reciente, con un crack del ciclo financiero”. Los expertos alegan que desde la década de los 90 en las economías avanzadas han mostrado crecimientos elevados del crédito y del sector inmobiliario, “lo que lleva a tensiones financieras y bancarias”. Mientras que en las economías emergentes, las crisis financieras “han sido bastante prominentes, a menudo desencadenadas o amplificadas por la pérdida de fondos externos.
La causa principal de la próxima recesión quizás se asemejará a la más reciente, con un crack del ciclo financiero
Así ocurrió en España, donde el crédito se disparó un 221% entre los años 2001 y 2007, según estimaciones que el Banco de España recoge en un informe sobre las causas y el desarrollo de la crisis financiera. Precisamente la economía española, junto con Estados Unidos o Reino Unido, está entre las más afectadas por el shock de 2008. Son, así, parte del “núcleo duro de la GFC”, acrónimo del BIS para la gran crisis financiera.
En estos países aún no hay síntomas de que el ciclo económico esté desembocando nuevamente en burbujas. “Los riesgos no son evidentes en estos países. Hay un desapalancamiento del sector financiero y la expansión del sector financiero está en una etapa joven”, sostiene.
En este sentido, los principales nubarrones a corto plazo recaen sobre las economías “que han fallado en la reparación total del balance de sus bancos, notablemente en algunas partes de la Eurozona, especialmente donde la posición del sector financiero es frágil”. Unas características que coinciden con las que exhibe Italia, que este fin de semana ha aprobado la movilización de 17.000 millones de euros para intervenir Popolare di Vicenza y Veneto Banca, que pasarán a manos de Intesa Sanpaolo. El país tiene una deuda pública por encima del 130% del PIB.
Pero la alerta se asienta especialmente sobre las economías emergentes, que “se enfrentan a un desafío adicional, la cantidad comparativamente grande de la deuda en divisas extranjeras, principalmente en dólares estadounidenses”. Son algunos de estos países, como China o Brasil, los que no sufrieron de forma tan violenta la crisis de 2008 y que podrían tener problemas en el futuro. “En casos como en China el ciclo financiero ha continuado y madurado, mientras que en Brasil ya ha habido recesiones, aunque sin marcar el comienzo de una crisis financiera en toda regla”, arguye el BIS.
China, además, ejemplifica la preocupación del organismo sobre el aumento de la deuda de las empresas en varias compañías. “Tiene una combinación de las tasas de inversión financiadas con deuda sin precedentes y signos de exceso de capacidad y compañías no rentables”, agrega el ‘banco de bancos centrales’.
Otro temor del BIS es que desde la gran crisis “los argumentos proteccionistas han ido ganando terreno”. Entre otros, en Estados Unidos con la victoria de Donald Trump. “Hacer retroceder la globalización sería un golpe importante contra las perspectivas de una expansión sostenida y robusta”, advierte el BIS. La inversión sería la primera variable en caer, por su “estrecha vinculación con el comercio”.