• La 'tormenta perfecta' tiene tres componentes: falta de lluvia, escasez de viento y subida del precio de los combustibles fósiles
  • Francia ahora demanda energía a España por el parón de la mitad de sus centrales nucleares
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BombillaEuropa Press

Nunca llueve a gusto de todos. Pero en este caso la falta lluvia nos afecta a todos por igual. La alarmante sequía que sufre España, sumado a la menor actividad eólica y el encarecimiento de los combustibles fósiles, ha provocado una situación energética que los expertos definen como ‘tormenta perfecta’. Este escenario queda patente en el aumento de la factura eléctrica.

En concreto, de enero a noviembre de 2017 las familias españolas han pagado de media 73,83 euros más que en el mismo período de 2016. La factura eléctrica ha alcanzado hasta noviembre los 722,14 euros para un consumidor doméstico modelo, un 11,39% más que en el mismo período del año anterior cuando abonó 648,31 euros.

Este cálculo se realiza para un usuario medio acogido a la tarifa regulada o precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC). Un usuario con una potencia contratada de 4,4 kW y un consumo anual de 3.650 kWh, es decir, un consumo mensual de 304 kWh y de 3.344 kWh en once meses. La estimación realizada por 'Bolsamanía' se realiza con los datos de Red Eléctrica y la metodología de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC).

Un factura de la luz que tiene un 'compleja' estructura. El usuario ha pagado 165,21 euros por el término fijo de potencia. Este precio se calcula multiplicando la potencia contratada por los días que engloba la factura y por el término de potencia del precio PVPC que el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital establece.

El siguiente apartado es el consumo de energía, que este caso es de 401,30 euros. Este es el punto que lidera este repunte, con un crecimiento del 18,15% respecto a 2016. Una partida que en este cálculo suma 0,120005 €/kWh y que se compone de dos factores: peaje de acceso y coste de producción.

El peaje de acceso viene determinado por el Ministerio de Energía y actualmente está fijado en 0,044027 €/kWh. Por su parte, el coste de producción de energía eléctrica se compone del precio horario del mercado de electricidad y de los servicios de ajuste del sistema así como de otros costes asociados al suministro. En lo que va de 2017, el coste de producción de energía eléctrica para el período de facturación ha sido de 0,075978 €/kWh, un 32,05% más que los 0,057537 €/kWh de los once primeros meses de 2016. Es precisamente esta partida la que recoge el gran aumento de la energía.

El término fijo y al consumo de energía se le aplica el 5,1127% de impuesto eléctrico, que en este caso es de 28,96 euros, tras ello, hay que sumar el alquiler del contador de 1,34 euros. Y, una vez sumadas todas estas partidas, se aplica el 21% de IVA que para este mes sería de 125,33 euros. En total, la factura de la luz alcanza los 722,14 hasta noviembre.

EL GOLPE DE LA SEQUÍA

La escasez de agua es clave en este aumento de la factura. Los datos que facilita la consultora energética Ipsom, para el año hidrológico 2016-2017, comprendido entre octubre de 2016 y 30 de septiembre de 2017, reflejan que se han acumulado 551 l/m2, un 15% menos del valor promedio en el período de referencia (1981-2010), que es de 648 litros/metro cuadrado.

En ese período, los embalses hidroeléctricos están al 48,7% de su capacidad, lo que supone una disminución del 23,3% con respecto a la capacidad en 2016 y del 20,1% con respecto a la media de los últimos diez años, como señalan los datos de Ipsom. La producción de energía hidráulica en este año hidráulico ha sido de 22.593 GWh, lo que supone una disminución del 42,6% con respecto al último año y de un 37,4% con respecto a la media de los tres últimos años, según las cifras de Ipsom.

Fuente: Ipsom

Por otro lado, la baja producción de energía hidráulica ha tenido un impacto directo en el mix de generación de energética. Este escenario ha provocado un aumento del uso de combustibles fósiles para cubrir el déficit de la producción de energía hidráulica. “La energía hidráulica es una energía renovable y su sustitución por combustibles fósiles no sólo supone un impacto negativo para el medio ambiente, sino que es más cara de generar”, recuerda Marta Goma, directora de la consultora energética Ipsom.

Durante el año hidrológico 2016/2017 la energía hidráulica ha supuesto un 8,2% del mix energético, frente al 14,7% del año hidrológico anterior y el 13,8% de la media de los tres años hidrológicos anteriores. La producción con fuentes no renovables para el último año hidrológico, ha sido del 66,7% un 15,0% menos que el año anterior y un 13,5% que la media de los tres años hidrológicos anteriores. Este aumento de la producción energética no renovable ha producido un notable aumento de las emisiones de CO2. Asimismo, también ha sido clave para que se produzca esta situación la bajada del 7,3% de la producción eólica en los once primeros meses de 2017, frente al mismo período de 2016.

Este fenómeno ha provocado que se modifique las fuentes de energía. En lo que va de año, según los datos de Red Eléctrica (REE), el 7,5% de la generación procede de la energía hidráulica, frente al 14,6% que supuso en 2016. Para compensar esta reducción, la nuclear se elevó hasta el 22,7% (21,8% en 2016), el 18,7% de la eólica (19,3% en 2016), el 17,3% del carbón (14,4% en 2016), el 13,9% de los ciclos combinados (gas y vapor de agua) y en 2016 fue de 28,8%, el 11,3% de la cogeneración, energía eléctrica y energía térmica útil, (10,4% en 2016), el y el 3,4% de la solar fotovoltaica (3,1% en 2016).

Fuente: Red Eléctrica

Este escenario ha golpeado el precio en la venta al por mayor (spot) de la energía. Los precios del spot han sido más altos durante este año 2017 frente a 2016. En concreto, el precio medio de la energía durante este año es de 50,77€/MWh, lo que supone una subida del 27,9% con respecto a la media de 2016, que ha sido de 39,68 €/MWh, como regista Ipsom.

FRANCIA: UN FACTOR MÁS DE LA CRISIS

En este escenario adverso se une una circunstancia comercial: Francia ha pasado de exportar energía a España a importar la energía española. Électricité de France (EDF) ha parado la actividad de 20 de sus 58 centrales nucleares por mantenimiento. Marta Goma indica que “este es el último factor que se une a la ‘tormenta perfecta’ de menos hidráulica, menos eólica y combustibles fósiles más caros”.

También define este escenario energético como ‘tormenta perfecta’ Heikki Willstedt, director de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). “Hay que tener en cuenta que noviembre es un mes de aumento de la demanda de la energía con la llegada de las bajas temperaturas”, indica el portavoz de AEE. Pero en el acumulado de 2017 la demanda también aumenta. Según los datos de Red Eléctrica, la demanda peninsular de energía eléctrica ha crecido un 0,7% frente a la registrada en el mismo mes del año anterior. La gran demanda, sin duda, es de lluvia y aire. Porque con ello bajará la factura de la luz y se podrá disfrutar de cielos más limpios.

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