- Pese a este dato, el déficit comercial se dispara un 45,6% respecto al mismo periodo del año anterior
- Si se descuenta la energía, el saldo negativo entre importaciones y exportaciones disminuye
España se enfrenta a un empeoramiento continuo de su balanza comercial. La variable que alivió el impacto de la crisis arroja ahora un déficit cada vez mayor con el incremento de las importaciones, y ante el que el continuo crecimiento de las exportaciones es insuficiente. Entre enero y marzo, el déficit comercial alcanza los 7.199 millones de euros, un 45,6% más que el año anterior.
El crecimiento se explica por el déficit energético, que aumentó un 71,6% hasta los 6.788 millones de euros frente al agujero de 3.956 millones de euros en el mismo periodo del año anterior. Es decir, en el encarecimiento del petróleo, que se ha disparó desde los 30 dólares del primer trimestre de 2016 hasta los 50 dólares de los tres primeros meses de 2017, ha empeorado el saldo de la economía española. Por su parte, el déficit no energético se sitúa en los 411 millones de euros, menos de la mitad de los 987 millones que un año antes. La tasa de cobertura -exportaciones sobre importaciones- disminuyó casi dos puntos en un año al pasar del 92,5% hasta el 90,6%.
Las importaciones subieron un 16,5%, hasta los 76.940 millones de euros. La mitad de este aumento se debe a un mayor volumen de compras desde el exterior (8% más), mientras que el resto se explica por el aumento de los precios (7,9%). Con estas cifras, el nuevo máximo de las exportaciones no es suficiente para frenar la hemorragia de la balanza comercial, que a su vez amenaza al saldo de cuenta corriente (incluye también servicios, rentas y transferencias) y, en última instancia, deteriorar la balanza de pagos que había limitado en los últimos años la vulnerabilidad exterior que históricamente ha tenido España por su posición internacional.
El nuevo máximo de las exportaciones no es suficiente para frenar la hemorragia de la balanza comercial
Las ventas al exterior se dispararon en el primer trimestre un 14,1% hasta los 69.741 millones de euros, máximo de la serie histórica, según explica el Ministerio de Economía y Competitividad. A diferencia de la evolución de las importaciones, en este caso el incremento se explica en términos de volumen, con un aumento del 13,3%, frente al encarecimiento del 0,8% de los productos que España ha vendido al exterior.
¿QUÉ EXPORTA E IMPORTA ESPAÑA?
Los bienes de equipo continúan siendo los productos con más peso en las exportaciones, con un 19,2% del total, tras aumentar un 10,5% en el primer trimestre. El sector del automóvil, con un incremento del 8,2%, se situó con una cuota del 17,6%. Le sigue la industria de alimentos, bebidas y tabaco, con un 14,1% más y un peso del 17,2%.
En el lado de las importaciones, "la consolidación de la recuperación económica explica el crecimiento de la mayoría de los sectores", asegura el Ministerio. Las compras de bienes de equipo crecieron en un 15,2%, y tienen un peso del 20,9%. Las de automóviles, que copan un 13,5%, aumentaron un 6,6%. Por su parte, las importaciones de manufacturas de consumo, se elevaron un 4,1%; y las de alimentación, bebidas y tabaco, un 9,7%.
"La evolución de las exportaciones españolas entre enero y marzo fue mejor que la de las principales economías europeas, con la excepción de Reino Unido", explica el Ministerio dirigido por Luis de Guindos. En la economía británica crecieron en el primer trimestre un 21,4%, mientras que en Italia lo hicieron en un 10%; en Francia, en un 4,2%; y en Alemania, en un 8,5%. Fuera del Viejo Continente, el crecimiento fue del 8,5% en Japón, del 7,3% en Estados Unidos y del 4,2% en China.
España exportó el 65,9% de sus ventas al exterior a la Unión Europea en el primer trimestre, con un crecimiento del 15,6% en las destinadas a la Eurozona y un 10,9% al resto de países del área comercial. El comercio con la Unión Europea reflejó para España un superávit de 1.881 millones de euros, por encima de los 1.627 millones del mismo periodo del año anterior. La relación con el resto del mundo se saldó con un déficit de 3.339 millones, un 37,8% peor que un año antes.