- Sin embargo, el riesgo de adquirir deuda pública no disminuye acorde a la rentabilidad
- Una cesta de bonos de 1 a 10 años de países del G7 proporciona una TIR de tan solo el 0,3%
Históricamente, los bonos soberanos de países desarrollados han sido concebidos como un tipo de inversión que ofrece una baja rentabilidad, pero a su vez el riesgo de la misma es también bajo. Ha sido siempre concebido como un activo seguro. Pero el contexto actual de rentabilidad de la deuda pública hace reconsiderarse el papel de una tradicional inversión en las carteras de muchos.
Tal y como se destaca en un informe de CaixaBank Research, una cesta de bonos entre 1 y 10 años de países del G7 actualmente apenas proporciona una Tasa Interna de Rentabilidad (TIR) del 0,3%, "prácticamente el nivel de los tipos oficiales de los bancos centrales", destacan. La rentabilidad de los bonos públicos está por tanto en mínimos nunca antes conocidos.
¿LOS MERCADOS ESTÁN MIDIENDO BIEN LOS RIESGOS?
Esta bajísima rentabilidad estaría bien argumentada si el contexto económico de los estados desarrollados fuera el idóneo, pero existen multitud de alargadas sombras que planean sobre el futuro de muchos de estos tradicionales "países sin riesgo". "Hay serios motivos para dudar que el mercado esté siendo eficiente en su percepción de las perspectivas económicas y los riesgos", alertan desde CaixaBank Research.
Hay varios riesgos que no están siendo tenidos en cuenta lo suficiente a la hora de invertir en deuda pública
Los analistas de la entidad aducen cuatro fenómenos que no están siendo tenidos en cuenta en los riesgos de la deuda pública: las compras masivas de deuda soberana de los bancos centrales a través de los "quantitative easing" (QE), la existencia de inversores "forzosos" de fondos de pensiones (muchos de ellos obligan por norma a adquirir deuda pública), la presencia también de inversores que buscan aprovechar las compras de bancos centrales con estrategias de ganancias a muy corto plazo (hedge funds) y, por último, el "efecto rebaño" de muchos inversores tradicionales cuando un activo está de moda.
LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA RENTABILIDAD QUE SE VEN AFECTADOS
Por estas razones, los analistas de la entidad avisan de que los bonos "pueden incorporar más riesgo de lo que parece", y argumentan a su vez una descomposición en cuatro factores de la TIR de un bono nominal que se ven amenazados de una u otra manera:
Los inversores esperan que la inflación se mantenga entre el 1% y el 2%, pero esto puede no ser así
1. Compensación por inflación: actualmente los inversores del mercado esperan que la inflación se mantenga entre el 1% y el 2% durante muchos años, en contraposición a los objetivos de los bancos centrales. Esta esperanza de inflación moderada contrasta con el progresivo aumento de la inflación subyacente de Estados Unidos, que ya está en el 2,3%, aducen desde CaixaBank Research. Durante los últimos años, la prima de riesgo por inflación de estos bonos ha sido excesivamente baja, negativa en algunos casos, ya que los inversores plantean este tipo de activos como algo contracíclico, una cobertura en escenarios de crisis económica y deflación. Sin embargo, si la inflación sigue creciendo pero no va acompañada de crecimiento económico, las bolsas sufrirán pérdidas y la prima de riesgo por inflación aumentará.
2. Remuneración real: se descompone de dos partes: el tipo de interés real a corto plazo esperado y una prima para compensar el supuesto riesgo de que los tipos sean mayores de los esperados. Los inversores no esperan que suban los tipos reales a corto plazo en mucho tiempo, pero si, por otro lado, el crecimiento económico global va mejor de lo previsto, la subida de este factor implicará pérdidas para los bonos. Ello se suma a que la "prima a plazo real" dejaría de restar en muchos casos si la recuperación económica hace que los bancos centrales dejen atrás su política de comprar deuda.
3. Prima por riesgo de impago: la QE ha contribuido a reducir este tipo de primas, que valoran el riesgo de que el estado no pague lo que ha prometido. No obstante, cuando este programa de compra de activos de bancos centrales acabe, el paraguas se cerrará y los inversores se fijarán más en la sostenibilidad de las finanzas de cada país.
4. Prima de liquidez: cubre el riesgo de no poder vender anticipadamente los bonos. Este riesgo ha aumentado en los últimos años, ya sea tanto por la QE como por "las restricciones regulatorias impuestas a los bancos para operar como creadores de mercado. Sin embargo, en varios momentos se han producido sucesos que han desencadenado en un alza de la TIR, que desemboca en una mayor venta (como el anuncio de las medidas del BCE en 2015) y un sobrecargo de bonos en las carteras. Esta prima de liquidez puede volverse a disparar si se producen más 'shocks' de este tipo.