- En esta votación, los republicanos no puede tener más de dos 'disidentes'
- El objetivo de la administración Trump es que esta reforma se apruebe antes de fin de año
Se acabó el descanso de Acción de Gracias. Estados Unidos vuelve a recuperar la normalidad y, en la agenda parlamentaria, la reforma fiscal de Donald Trump sigue mandando. Después de ser aprobada por parte de la Cámara de Representantes, ahora es el turno del otro 50% del Congreso estadounidese, el Senado. Los analistas comparten que esta semana se producirá la votación de la Cámara alta estadounidense.
"Trump tendrá otra oportunidad para impulsar su agenda al máximo durante su reunión con los senadores republicanos el martes y el resultado de la votación podría producirse el jueves", indican los analistas de Thinkmarkets. Los expertos de Deutsche Bank también esperan que esta votación se produzca esta semana. "La mayoría republicana no puede perder más de dos votos, por lo tanto, hay que estar atentos a aquellos senadores republicanos que son susceptibles al coste general de esta reforma y al impacto distributivo", indican en su informe.
Los republicanos cuentan con 52 de los 100 miembros del Senado. Como recuerda el Washigton Post, existe un número elevado de republicanos de la Cámara baja que no han mostrado su posición sobre este proyecto de ley, y existe un grupo que tiene un relación 'fría' Trump. Desde el medio indican que el presidente de EEUU sigue siendo popular entre la base del Partido Republicano, y su apoyo se considera crucial para ayudar a que la ley de impuestos se convierta en ley.
Tres senadores republicanos: Bob Corker, de Tennessee; Jeff Flake, de Arizona; y James Lankford, de Oklahoma, anunciaron inquietudes sobre la forma en la que la medida afectaría al déficit federal. Un estudio independiente sobre esta reforma indicó, al contrario de lo que afirman sus defensores, sus recortes de impuestos no estimularán suficiente crecimiento como para amortizarse. Tanto el proyecto del Senado como uno aprobado este mes por la Cámara de Representantes reducirían en, aproximadamente, 1,4 billones de dólares la recaudación federal en el transcurso de diez años, según el Comité Conjunto de Impuestos (JCT, por sus siglas en inglés).
El proyecto de ley que saldrá del Senado reduciría el Impuesto de Sociedades del 35% al 20%, pero a partir de 2019. También reduciría los tipos a las ciudadanos y las familias pagan hasta 2025. Además,derogará el 'mandato individual', la obligación establecida por Obamacare de que los residentes de Estados Unidos obtengan un seguro de salud. Los republicanos del Senado están negociando ciertos cambios dirigidos a satisfacer las preocupaciones de los senadores Ron Johnson y Steve Daines, que ya han mostrado su descontento con el proyecto de ley porque consideran que favorece a las grandes compañías frente a las pequeñas empresas.
UN ACUERDO ENTRE AMBAS CÁMARAS
La aprobación del proyecto de ley tributaria en el Senado no será suficiente. Si el Senado da su visto bueno, algo que no está para nada garantizado, los legisladores republicanos de ambas cámaras tendrían que llegar a un compromiso entre sus diferentes proyectos. Unas negociaciones que pueden, según Bloomberg, generar ciertas "heridas" en el Partido Republicano. "Los representantes republicanos de la Casa de Representantes (cámara baja) tendrán que ponerse a trabajar con los senadores de su partido para adaptar ambas leyes, las aprobadas en cada una de las cámaras, para que la ley definitiva pueda ser votada en el Congreso y posteriormente firmada por el presidente Trump", indican los expertos de Link Securities.
Trump tiene prisa por que salga adelante esta reforma. El objetivo es que todo ello se haga antes de finales de año. Desde Link Securities indican que "los mercados de valores, especialmente los estadounidenses, ya han descontado en gran medida este hecho por lo que cualquier impedimento o retraso sería mal recibido por los inversores", apuntan. Las prisas pueden ser el gran enemigo de una reforma tan relevante para Estados Unidos.
