El Índice PMI final del Sector Manufacturero de la zona euro se situó en 49,6 (49,8 en julio), registrando su mínima de los últimos veintiséis meses y ahondando en el terreno de la contracción, según S&P Global.
La economía del sector manufacturero de la zona euro registró una nueva contracción a mediados del tercer trimestre. La producción cayó a un ritmo similar al observado en julio, que fue el más fuerte desde mayo de 2020 y señaló la segunda contracción consecutiva de las condiciones operativas del sector manufacturero. Asimismo, los nuevos pedidos disminuyeron considerablemente una vez más.
Las débiles condiciones de la demanda fueron un lastre importante para los fabricantes en agosto, lo que refleja el deterioro del poder adquisitivo en toda Europa en medio de una alta inflación.
En consecuencia, los fabricantes redujeron aún más sus actividades de compra en respuesta al panorama económico cada vez más sombrío, aunque la menor necesidad de insumos ayudó a reducir la presión de los proveedores.
Mientras tanto, hubo nuevas señales de que las presiones de los precios bajaron aún más desde su punto máximo, ya que las tasas de inflación de los costes de los insumos y de los precios de venta se atenuaron hasta sus mínimas de diecinueve y dieciséis meses respectivamente.
Los índices PMI manufactureros de solo tres de los países de la zona euro estudiados se situaron en territorio de crecimiento en agosto, aunque esto ocultó caídas tanto de la producción como de los nuevos pedidos en cada uno de ellos. Países Bajos registró el mejor resultado, seguido por Irlanda, aunque en ambos países el ritmo de expansión se desaceleró hasta su mínima de veintidós meses. Francia fue el otro país cuyo respectivo índice PMI se situó por encima del nivel de ausencia de cambios de 50.0.
Por otra parte, se observaron contracciones más pronunciadas en Alemania, Austria, Grecia e Italia, y este último país registró la contracción más fuerte de su respectivo índice PMI manufacturero en agosto.
“Los atribulados fabricantes de la zona euro experimentaron una nueva caída pronunciada de la producción en agosto, que indicó el tercer mes consecutivo de reducción de la actividad industrial, aumentando la posibilidad de que el PIB caiga en el tercer trimestre. Los indicadores a futuro sugieren que es probable que la desaceleración se intensifique (potencialmente de manera marcada) en los próximos meses, lo que significa que los riesgos de recesión han aumentado", comenta Chris Williamson, Chief Business Economist de S&P Global Market Intelligence.
"El descenso de la producción se redujo ligeramente en comparación con julio, pero los indicadores adelantados siguen señalando riesgos a la baja", valoran los expertos de Pantheon Macroeconomics. "Los nuevos pedidos cayeron bruscamente por segundo mes consecutivo, debido sobre todo al aumento de la inflación que frenó la demanda en la economía de la zona euro", explican. Esto, a su vez, provocó una reducción de las compras de insumos de producción, y la caída de los trabajos pendientes. Las ventas de exportación también cayeron, al ritmo más rápido desde junio de 2020.
En el lado positivo, aunque debido principalmente a la ralentización de la demanda, la presión sobre los plazos de entrega se redujo, al igual que las presiones sobre los precios y las expectativas de nuevas subidas de precios. El empleo aumentó, aunque a un ritmo más lento que en el mes anterior, "lo que confirma la imagen de un mercado laboral relativamente resistente", añaden estos analistas.