El colapso de Silicon Valley Bank (SVB), Signature Bank y Silvergate ha despertado el temor entre los inversores a que el "efecto dominó" en el sector financiero se propague aún más. El mercado ha puesto el foco principalmente en la banca regional americana, que se enfrenta a grandes problemas de liquidez. Con todo, desde Jefferies se muestran optimistas y confían en que la crisis actual se desvanezca pronto.
"Esto se debe a que la crisis actual de los bancos regionales es una crisis de liquidez, no una crisis de solvencia o de crédito", destacan.
Los analistas de la firma estadounidense consideran que las medidas anunciadas por la Reserva Federal (Fed), el Tesoro y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) para proporcionar a los bancos un fácil acceso a liquidez adicional, deberían garantizar que la fuga de depósitos en curso no provoque más quiebras bancarias.
Sin embargo, advierten de que los eventos que el sector bancario está viviendo en las últimas semanas "sugieren que pronto se avecinará una crisis crediticia".
"Este no va a ser el tipo de crisis crediticia de Wall Street que hemos visto en el pasado, con olas de incumplimientos corporativos. En cambio, esto se parece más a una crisis crediticia de Main Street donde las pequeñas empresas pronto encontrarán contenido su acceso al crédito", explican en Jefferies.
Los bancos regionales han alimentado el auge de las pequeñas empresas, pero desde el inicio de la pandemia su capacidad y disposición para prestar dinero se ha visto limitada, independientemente de la estabilidad de sus depósitos o el acceso a la liquidez de la Reserva Federal.
"Cuando todo se asiente, es muy probable que los bancos regionales tengan una base de depósitos fijos más pequeña, y es poco probable que puedan atraer a la mayoría de sus antiguos clientes rápidamente. Tendrán disponible el Programa de Financiamiento de Cartera Bancaria de la Fed para proporcionarles liquidez, pero dudamos que vayan a utilizar el efectivo prestado de este programa para hacer nuevos préstamos debido a su coste relativamente alto", indican los expertos de la firma.
LA DEMANDA CUENTA UNA HISTORIA SIMILAR
Por el lado de la demanda, el análisis que realizan desde Jefferies ofrece una 'historia' similar. Cuando la Reserva Federal inició su ciclo de subidas de los tipos de interés, en el segundo trimestre de 2022, la demanda se volvió negativa y en la actualidad se acerca peligrosamente a niveles de recesión.
"Esperamos que caiga más a medida que las tarifas ofrecidas a las pequeñas empresas sigan aumentando. Con los bancos pequeños y medianos encontrando la liquidez más escasa y más cara, es difícil prever cualquier otro resultado", añaden.
Asimismo, el crecimiento de los préstamos ha superado con creces el crecimiento de la emisión de deuda corporativa desde que la economía salió de la recesión de 2020.
Por ello, y aunque las grandes corporaciones podrán soportar un amplio retroceso en la disponibilidad de préstamos bancarios, "las pequeñas empresas no tendrán acceso al mismo tipo de fuentes alternativas de financiación", apuntan en Jefferies.
EFECTO NEGATIVO EN EL EMPLEO
Las pequeñas empresas son el motor de las economías y, en el caso de EEUU, las de reciente creación han sido una de las principales impulsoras. De hecho, las ofertas de trabajo en empresas con 1-9 empleados representan un récord del 19,5% de las vacantes en la encuesta JOLTS.
No obstante, a medida que estas entidades vayan perdiendo el acceso al crédito, muchas de esas vacantes irán desapareciendo y el mercado laboral empezará a ofrecer un aspecto muy distinto a la solidez que muestra actualmente.
"Durante mucho tiempo, hemos anunciado que comenzará un ciclo completo de despidos a principios del tercer trimestre de 2023. Es poco probable que los desarrollos recientes en el sector bancario aceleren significativamente este momento (ya faltan solo 3,5 meses), pero nos hacen tener más confianza en nuestras expectativas", concluyen los analistas de Jefferies.