Tras la contracción del 1% que la economía de Japón registro en el tercer trimestre, entre octubre y diciembre el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,2%. Así, en el conjunto de 2022 el país nipón consiguió evitar la recesión y avanzó un 1,1% una expansión menor que la del año anterior, cuando creció un 2,1%.
El consumo privado aumentó un 0,5% en el cuarto trimestre, mientras que en todo el ejercicio creció un 2,1%. Por su parte, los gastos de capital cayeron un 0,5% en los últimos cuatro meses del año. Las exportaciones netas repuntaron un 0,3% en el cuarto trimestre, mientras que las exportaciones mejoraron hasta un crecimiento del 0,1%.
El modesto repunte económico de Japón en el cuarto trimestre se debió en gran medida al consumo privado, especialmente al gasto turístico, y a un repunte de las exportaciones netas, mientras que la inversión empresarial fue débil, comentan los analistas de Pantheon Macroeconomics.
Ven "probable que el Banco de Japón se muestre impasible ante los datos del PIB, aferrándose a su valoración de que la economía japonesa, tras la pandemia, es frágil y aún no ha entrado en un ciclo de crecimiento autosostenido". "Es probable que los datos económicos sigan siendo demasiado débiles para justificar un cambio significativo de política este año", añaden.
