El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos no observó cambios en enero, en comparación con el mes anterior. En comparación con enero de 2018, sí existió variación, ya que los precios se redujeron del 1,9% al 1,6%; lo que supone el menor nivel interanual en año y medio.
Por su parte, el IPC subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la energía y los alimentos, repuntó un 0,2% en enero, de acuerdo con los datos del Gobierno estadounidense. En tasa interanual se estableció en el 2,2%, ligeramente por encima del 2,1% anticipado por el mercado.
La gasolina, que se abarató un 5,5% en enero, fue el principal activo que colaboró en la estabilidad de los precios. En el lado contrario se encuentran los alimentos y la sanidad, que se encarecieron un 0,2%.
Los expertos consideran que estos datos no alterarán la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que no observa presiones inflacionistas en el horizonte para la economía estadounidense. El presidente de la Fed, Jerome Powell, apuntó ayer que "Los datos a nivel nacional muestran una economía fuerte".
En concreto, remarcó que el desempleo "está cerca de mínimos del último medio siglo" y que la producción económica "está creciendo a un ritmo sólido". Aún así, advirtió que "la prosperidad no se ha sentido tanto en algunas áreas, incluyendo muchos lugares rurales".