El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos ha descendido ligeramente al 2,7% en tasa interanual en el mes de agosto. Este dato se sitúa levemente por debajo de lo esperado, ya que los analistas preveían un crecimiento anual del 2,8%. Supone que la inflación disminuye por primera vez en casi un año, frente al máximo del 2,9% alcanzado anteriormente. En comparación con el mes anterior, la inflación cae mínimamente al 0,2%, según los datos publicados este jueves.
Las familias estadounidenses pagaron más por gasolina, alquiler, pasajes aéreos y otros artículos de consumo básico en agosto. En concreto, el precio de la energía, principalmente los combustibles, subió un 1,9% el mes pasado después de haber disminuido tanto en julio como en junio. Los alquileres también aumentaron nuevamente.
Por el contrario, los estadounidenses pagaron menos por atención médica, telecomunicaciones y vestimenta. Los precios de la ropa cayeron por tercer mes consecutivo.
Por su parte, la inflación subyacente, es decir, la que excluye los precios de la energía y alimentos por su volatilidad, ascendió un 0,1 % en agosto, mientras que comparado con el mismo mes del año pasado registró un incremento del 2,2 %.
Los analistas tienen opiniones enfrentadas. Algunos esperan que la inflación aumente en los próximos meses, mientras que otros creen que el IPC continuará moderándose, aunque se mantendrá elevado.