La economía mundial afronta 2023 con el temor a una posible recesión. Sin embargo, hay un país cuyas perspectivas despiertan un gran optimismo entre los inversores, que ya tienen puestas sus miradas en él. Se trata de México, un mercado importante para muchas empresas españolas. "En medio de un aumento de las preocupaciones geopolíticas y un cambio fundamental en las cadenas de suministro mundiales, el país se perfila como un potencial ganador", explican los analistas de Schroders.
La economía mexicana fue relativamente sólida en 2022 y, a pesar de que el presente año se muestra menos favorable, el contexto macroeconómico del país azteca se mantiene estable. Las últimas estimaciones prevén una expansión del PIB del 1,5% en 2023 y su posición fiscal es mejor que la de otros mercados emergentes, "en parte debido a un enfoque más convencional del gasto durante la pandemia", justifican desde la firma británica.
La marcada orientación de México a la exportación puede verse perjudicada por una ralentización del comercio mundial, en particular a una menor actividad económica en Estados Unidos. "La debilidad de la demanda probablemente pesaría sobre las perspectivas de los exportadores mexicanos. No obstante, el aumento de la cuota de mercado en el sector manufacturero podría compensar esta situación, a medida que cobre impulso la tendencia a largo plazo a la deslocalización", valoran en Schroders.
La inflación en el país norteamericano también se encuentra en unos niveles elevados (7,8% en noviembre), lo que ha llevado al banco central (Banxico) a subir los tipos de interés oficial un 0,5%, hasta el 10,5%, y adelantar nuevas alzas en su próxima reunión, aunque siempre en función de los datos. "Aunque la inflación subyacente parece haber tocado techo el mes pasado, el crecimiento secuencial sigue siendo bastante elevado. Banxico ha indicado en su reunión de diciembre que la subida de febrero puede ser la última y que podría desvincularse de la Fed", indica Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin.
"La subida de los tipos de interés puede afectar aún más al crecimiento, aunque la penetración del crédito es muy baja en comparación con otros países, por lo que la política monetaria tiene un impacto menor en la economía", afirman los expertos de Schroders.
EL 'NEARSHORING' EN EL FOCO DE LOS INVERSORES
El aumento de las tensiones comerciales entre EEUU y China ha dado lugar a que muchas empresas empiecen a apostar por la diversificación en sus cadenas de suministro. Esta reorientación vista por algunos expertos como desglobalización, y por otros como 'nearshoring', 'friendshoring' o simplemente acercamiento, está cobrando cada vez un mayor impulso.
Ante este nuevo escenario, México es un mercado que destaca como potencial beneficiario a largo plazo de esta tendencia y existen varias razones para que compañías multinacionales localicen su producción en el país azteca. En Schroders avanzan que su ubicación favorece las exportaciones a EEUU y Canadá, ya que reduce los costes y el tiempo de transporte. Asimismo, México cuenta con una industria manufacturera consolidada y bien integrada con Estados Unidos, con una mano de obra cualificada y unos costes laborales competitivos a escala global.
"El Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA por sus siglas en inglés), o Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), como se conoce en México, es otro factor importante. Este acuerdo de libre comercio, que sustituye al NAFTA, ayuda a reducir los costes arancelarios y favorece la integración de la cadena de suministro", aseveran en Schroders.
La Ley de Reducción de la Inflación de EEUU, que exige que el 40% de las baterías de los vehículos eléctricos se fabriquen a nivel nacional o en países con los que EEUU tenga un acuerdo de libre comercio, y la Ley de Ciencia y Chips, que aumenta las perspectivas de expansión de la producción de semiconductores en México, son otros de los incentivos a tener en cuenta.
"De cara al futuro, seguirá beneficiándose del cambio de EEUU hacia la deslocalización de su industria manufacturera. Ya hemos observado un repunte de las nuevas inversiones extranjeras directas (IED) en 2022. Es probable que esto se haya traducido en una mejora de la confianza de los consumidores y las empresas. La reciente reunión entre los tres líderes norteamericanos sugirió una serie de iniciativas que beneficiarán a la economía mexicana. Entre ellas se incluyen el fortalecimiento de la cadena de suministro, la inversión en semiconductores y la inversión en energías limpias", coinciden en J. Safra.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
Las perspectivas a largo plazo son positivas, apoyadas por la deslocalización. No obstante, desde Schroders advierten que también hay riesgos a tener en cuenta. En primer lugar, el 'nearshoring' podría decepcionar en relación con las crecientes expectativas actuales.
La reciente aprobación de recortes en la financiación de la autoridad electoral es otro punto preocupante, sobre todo de cara a los comicios de 2024, así como las perspectivas fiscales, "dado el riesgo de que aumente el gasto antes de las próximas elecciones".
Los conflictos comerciales con Estados Unidos y Canadá también son un aspecto a vigilar. "Éstos se refieren principalmente a la energía y la preocupación de que los privilegios políticos para la petrolera estatal Pemex, y la empresa estatal de electricidad, violen el USMCA", dicen los analistas de Schroders.
MERCADO POSITIVO PARA LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS
Los expertos de Schroders mantienen una perspectiva positiva para México. A pesar de algunas preocupaciones políticas y el hecho de que la economía abierta es susceptible a la ralentización del crecimiento mundial, especialmente de EEUU, "el 'nearshoring' ofrece cierta compensación y constituye un apoyo estructural a largo plazo. Además, México es también un mercado defensivo en el contexto de los mercados emergentes", estiman.
En este contexto, BBVA y Santander, que cuentan con fuerte presencia en México, pueden verse beneficiadas por el optimismo estructural que se observa hacia el país azteca.
BBVA tiene un ambicioso plan de inversiones en México de 63.000 millones de pesos (unos 3.000 millones de euros, a tipo de cambio actual) entre 2019 y 2024, y su presidente Carlos Torres, ya explicó en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales (RNCR) de BBVA México que "las oportunidades que ofrece México reafirman nuestro compromiso de seguir invirtiendo". "Estamos convencidos de que México es un gran país con enorme potencial y capacidad para aprovechar las oportunidades que surgen del nuevo orden mundial y la creciente regionalización, apalancándose en tendencias clave como la innovación y la sostenibilidad. Seguiremos contribuyendo al desarrollo de México", añadió Torres.
Santander también cuenta con una fuerte presencia en México y Latinoamérica. Su presidenta, Ana Botín, ha destacado en innumerables ocasiones la fortaleza para afrontar la crisis que presenta la región. La entidad ha invertido más de 35.000 millones de euros en la zona, sobre todo desde los años 90, y cuenta actualmente con activos por valor de 415.000 millones de euros en siete países, donde obtuvo un 42% de sus resultados en los primeros nueve meses de este año.
Con todo, dentro del mercado siempre hay ganadores y perdedores, y "será clave identificar cómo se relaciona el crecimiento de la deslocalización con las oportunidades del mercado de renta variable", concluyen en Schroders.