- La SEC estadounidense ya se ha pronunciado: las considera valores y deben estar registradas
- Hasta mediados de julio, se han 'levantado' 1.200 millones de dólares en 89 ofertas iniciales de criptomonedas
Consiguen levantar cantidades millonarias en cuestión de días u horas y están poniendo en jaque el sistema de capital riesgo para startups. Son las ICOs (Initial Coin Offering) y entre sus logros destaca haber democratizado la inversión en negocios emergentes a través de la emisión de tokens criptográficos. Cualquiera puede entrar en una ronda de crowdfnding en estos proyectos basados en la tecnología blockchain (cadena de bloques) y apoyar económicamente a nuevas empresas, pero la falta de información, regulación y control de los fondos pone en tela de juicio este nuevo modelo.
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Los reguladores llevan algún tiempo sometiendo bajo su escrutinio este tipo de iniciativas que han cogido carrerilla en 2017, de la mano del espectacular auge en la capitalización de mercado de las monedas virtuales (cerca de un 95% hasta los máximos de junio) y de la escalada de los precios del bitcoin o el ether. Pero en realidad funcionan desde 2013, cuando se lanzó la ICO de Mastercoin. Su nombre propone un juego de palabras con las IPO (Initial Public Offering) u OPV (oferta pública de venta) en español, pero en realidad nada tienen que ver “desde un punto de vista legal ni jurídico”, señala Alejandro Gómez de la Cruz, abogado especialista en blockchain y 'smart contracts' en Grant Thornton y, de hecho, es un nombre que “llama a la confusión”, puntualiza. “Se trata de un sistema de captación de fondos, a caballo entre este modelo y el crowdfunding tradicional, el de venta de productos o servicios”, matiza el experto.
Hasta mediados de julio, se han levantado 1.200 millones de dólares en 89 ventas de monedas
Para los inversores, consiste en una primera oportunidad para comprar criptomonedas pertenecientes a algún proyecto naciente a un bajo precio en el mercado, antes de que entren en circulación. Para quien pone en marcha la oferta pública de divisas criptográficas, se trata de una forma de obtener un respaldo monetario con el fin de seguir desarrollando y llevando adelante su propuesta tecnológica. Las emisiones de monedas digitales se ponen en marcha mediante un ‘contrato inteligente’ en la blockchain de Ethereum, que permite generar nuevas unidades de valor criptográficas, además del ether. La empresa que necesita levantar financiación crea estos tokens, que habitualmente se adquieren con bitcoins o ethers, a través de un mecanismo se diferencia del crowdfunding tradicional en que, en lugar de dar acceso al servicio, una vez el producto está desarrollado, se ofrece comprar valor de la compañía, que a su vez es comercializable, “es decir que las monedas virtuales pueden pasar de un wallet a otro y generan un montón de liquidez en las casas de cambio y los mercados secundarios de este tipo de activos”, aclara Gómez de la Cruz.
El emisor puede acuñar virtualmente tantas unidades como quiera, simplemente programando el ‘contrato inteligente’, que luego se convierten en vehículos especulativos y entran en el universo de las ‘altcoins’ -todas las monedas online alternativas al bitcoin, más de 800 según datos de CoinMarketCap-. La disrupción que aportan las ICOs al mercado de la financiación de proyectos tecnológicos es que cualquiera puede participar en el nuevo Uber o el nuevo Wallapop, no hay que esperar a que salgan a bolsa, apunta el experto en criptodivisas. “El gran atractivo de las ICOs es que ofrecen la oportunidad de adquirir intereses sobre compañías muy prometedoras desde el minuto cero”, comenta el jurista. Después, el valor que el mercado le otorgue al token dependerá sólo de si al compañía cumple con las expectativas y desarrolla el servicio según lo prometido.
LAS ICOS SUPERAN AL CAPITAL RIESGO…
El fenómeno se ha popularizado tanto en los últimos meses que, según datos de hasta 18 páginas web que miden y registran las ofertas iniciales de criptodivisas, 20 nuevas ICOs ven la luz cada mes, de media. En cuanto a recaudación, datos compilados por 'Reuters' reflejan que hasta mediados de julio, se han 'levantado' 1.200 millones de dólares en 89 ventas de monedas, lo que representa 10 veces más todo recaudado en 2016. Según la web Smith&Crown, más de 100 divisas online se han ‘acuñado’ mediante este mecanismo en los últimos 365 días y otro centenar están en marcha o lo estarán antes del 31 de octubre.
Recientemente, la ICO de Tezos –una plataforma que propone un nuevo protocolo para el bitcoin que permite a la criptomoneda la capacidad de innovar dinámicamente– ha logrado hacerse con el récord histórico de este tipo de recaudaciones al completar su oferta de monedas digitales con un total de 232 millones de dólares, por encima de la marca anterior establecida por Bancor, a mediados de junio, de 150 millones de dólares. Cifras que quedan muy lejos de los 15 millones de dólares que Ethereum ‘levantó’ durante su campaña de lanzamiento en 2014. Los hitos de estas empresas también se miden por la velocidad a la que son capaces de sumar millones en concepto de financiación. En este apartado vuelve a destacar Bancor, que consiguió más de 100 millones de dólares en solo tres horas o, más recientemente, el nuevo navegador basado en blockchain, Brave, que logró 35 millones de dólares en menos de 30 segundos.
La Comisión de Bolsas y Valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés) ya ha tomado cartas en el asunto y ha declarado que los tokens que se emiten con el fin de recaudar fondos pueden ser considerados “valores”, por lo tanto requieren ser registrados
Estas inversiones directas en empresas de blockchain superan con mucho a los fondos que destinan las empresas de capital riesgo, comenta Alejandro Gómez de la Cruz. Es decir, estas nuevas tecnologías están logrando más dinero a través de las emisiones iniciales de monedas que mediante rondas de financiación tradicionales, “pero no quiere decir que los ‘venture capital’ se estén quedando fuera, que es lo que parecía hasta ahora”, aclara el abogado. De hecho, la tendencia que se observa es que los fondos de capitales para startups están empezando a participar en las ICOs o, incluso, en preICOs, eventos que se hacen de forma restringida anteriores a la gran oferta de monedas.
… Y SE DISPARAN LAS ALARMAS DE LOS REGULADORES
Pero el innovador sistema de financiación que proponen las emisiones de criptomonedas tiene más sombras que luces, a día de hoy, y ha sido muy criticado por expertos del sector que ponen de relieve la falta de alineación de los intereses de los inversores y de las empresas. “Hace falta un marco regulatorio global que sujete las empresas que emiten divisas online a una serie de requisitos que garanticen a los participantes en la ICO unos mínimos”, reclama Albert Castellana, CEO de Atraura. De hecho, los supervisores de los mercados de acciones están considerando si se les debe dar el mismo tratamiento que a los valores tradicionales. La Comisión de Bolsas y Valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés) ya ha tomado cartas en el asunto y ha declarado que los tokens que se emiten con el fin de recaudar fondos pueden ser considerados “valores”, por lo tanto requieren ser registrados a no ser que se pueda aplicar una de las exenciones vigentes.
"La tecnología innovadora detrás de estas transacciones virtuales no exime las ofertas de valores y las plataformas de negociación del marco regulatorio diseñado para proteger a los inversores y la integridad de los mercados", ha señalado Stephanie Avakian, codirector de la división de cumplimiento de la SEC. La decisión recuerda a las startups de la tecnología blockchain que no pueden ignorar las protecciones que los operadores de bolsa gozan en los EEUU. La consecuencia más inmediata de las palabras del regulador estadounidense es que llama claramente a la cautela sobre este tipo de captación de fondos a través de ventas de monedas. Exactamente la misma recomendación que Castellana y Gómez de la Cruz, quienes alertan que ahora que la participación en ICOs se ha vuelto “mainstream es el momento de ser selectivos”.
“Hemos descubierto la manera de levantar mucho dinero pero todavía no hay suficiente materia gris en el mercado para gestionar eficientemente el capital conseguido”, subraya el jurista, que también expone la falta de control sobre los fondos que obtienen los desarrolladores de productos y servicios en blockchain. Actualmente, “nada impide a este tipo de empresas gastar en el primer trimestre todo lo que han recaudado en los sueldos de los socios y fundadores, por poner un ejemplo”.
No es el único que pone de relieve las deficiencias de este modelo. El mismo Charles Hoskinson, cofundador de Ethereum ha expresado su preocupación recientemente por la sobredimensión que está adoptando este fenómeno en el que muchos sólo han visto una forma de “conseguir dinero rápido y fácil”, provocando una sobrecarga de criptoactivos en el sistema. De hecho, alerta también sobre la excesiva atención que están recibiendo, que ha incrementado entre los supervisores y reguladores monetarios. Por tanto, opina Hoskinson que es una “bomba de tiempo” que acabará por estallar y derivará en una sobreregulación, lo que limitará tajantemente la proliferación de las ICOs.
“Hemos descubierto la manera de levantar mucho dinero pero todavía no hay suficiente materia gris en el mercado para gestionar eficientemente el capital conseguido”, Alejandro Gómez de la Cruz
Aunque EEUU ha dado el primer paso, en Suiza y Singapur, países considerados como los entornos más favorables para las empresas de tecnología Fintech, no existe una regulación específica para las criptomonedas. En Reino Unido, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA por sus siglas en inglés) se encuentra a la espera de ver cómo avanza la tecnología de contabilidad distribuida, mientras en China, el Banco Popular de China (PBoC por sus siglas en inglés) ha puesto ya en marcha un grupo de investigación que brinda apoyo a este tipo de empresas, según refleja un extenso informe de la firma de investigación Next, recogido por 'CoinTelegraph'.
PRUDENCIA Y SENTIDO COMÚN, LO QUE ACONSEJAN LOS EXPERTOS
No obstante, los expertos en el sector consideran que las autoridades aún tardarán algún tiempo en ofrecer sus dictámenes y, entretanto, seguirá la situación de falta de garantías para el inversor que denuncia el mismo Hoskinson. Para Alejandro Gómez de la Cruz, la solución pasa por emular el sistema de los fondos de capital riesgo, donde se impone una serie de condiciones bastante rígidas a las empresas para ir desbloqueando los fondos conseguidos. Por ello propone una plataforma, cuya beta estará lista en septiembre, que está llamada a cubrir el gran vacío que ahora existe en materia de gobernanza en las ICOs.
Así, a través del proyecto icofunding, busca crear un entorno en el que desarrolladores de aplicaciones de la tecnología de cadena de bloques e inversores “salgan ganando”. Además, de mantener un riguroso control sobre las empresas los inversores “tendrán capacidad de decisión y podrán votar si las empresas no cumplen con los términos acordados y hasta retirar las cantidades depositadas que no se hayan gastado, minimizando, así, los riesgos y las pérdidas”, explica el abogado de Grant Thornton.
Aparte de esta propuesta, Albert Castellana ofrece algunas recomendaciones básicas que conviene seguir antes de lanzarse a la piscina e invertir capital en una ronda de emisión de divisas criptográficas. En primer lugar, el CEO de Atraura aconseja prudencia y revisar el respaldo legal que ofrece cada una de estas compañías mediante las cláusulas legales que deben figurar en sus páginas web. En segundo lugar, propone buscar proyectos “interesantes y serios” y que puedan tener proyección en el futuro, en este sentido lo mejor es invertir en “infraestructuras o tecnologías dentro del blockchain”, más que en servicios, argumenta.
Además, coincide con otros expertos consultados en que lo mejor es diversificar e invertir pequeñas cantidades en unas pocas criptodivisas. Lo cierto es que actualmente, “sólo entre el 3% y el 5% de los inversores tradicionales está en este mercado”, asegura Castellana, y añade el experto que “en dos o tres años, este porcentaje ascenderá al 80%”.
El también miembro de la fundación NEM, que se encuentra entre las 10 primeras redes basadas en la cadena de bloques en capitalización de mercado, advierte de que en el momento actual es muy difícil “separar el grano de la paja”. Asume, en definitiva, que hay una burbuja y que todavía tiene que venir una mayor criba del mercado, similar al crack de las puntocom tras el boom de finales de los 90. En este punto coincide con el cofundador de Ethereum en que “las ICO están aquí para quedarse”, pero “después de que se derrumben recogeremos las piezas y decidiremos cómo hacer las cosas de manera diferente”.