La tasa de inflación de referencia en Japón, aquella que excluye el impacto del precio de los alimentos frescos, se situó el pasado mes de julio en el 3,1% interanual, frente al 3,3% del mes anterior, según los datos publicados por el Ministerio del Interior y Comunicaciones del país nipón.
En el caso de la tasa de inflación general, el IPC se mantuvo en el séptimo mes del año en el 3,3%, la misma cifra que en junio.
No obstante, la tasa de inflación subyacente, que además de los alimentos frescos también excluye la energía, subió una décima en julio, hasta el 4,3%, el mismo resultado que registró el pasado mes de mayo, cuando alcanzó máximos desde 1981.
En el mes de julio, el precio de los alimentos en Japón experimentó una subida interanual del 8,8%, frente al encarecimiento del 8,4% observado el mes anterior.
El Consejo de Política del Banco de Japón (BoJ) acordó a finales de julio mantener el tipo de interés de referencia en el -0,1%, la misma tasa que lleva aplicando desde enero de 2016, cuando se adentró en terreno negativo por primera vez en su historia, ampliando así el diferencial con respecto a sus homólogos estadounidense y europeo
Al mismo tiempo, la institución liderada por Kazuo Ueda elevó hasta el 2,5% su pronóstico de inflación para 2023, frente al 1,8% anticipado el pasado mes de abril.
"Creemos que el BoJ continuará adoptando una postura monetaria flexible durante el resto del año, con el objetivo de eliminar gradualmente la política de control de la curva de rendimiento, mientras mantiene la tasa de política monetaria en el -0,1%", señalan desde Pantheon Macroeconomics