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El encarecimiento de la electricidad y los carburantes ha elevado la tasa de inflación general en septiembre hasta el 3,5%, lo que supone nueve décimas más en comparación con el mismo mes del año pasado y su nivel más alto desde abril.

Por su parte, la tasa subyacente se modera tres décimas, hasta el 5,8%, el valor más bajo desde junio de 2022, según el indicador adelantado del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Como explica Estadística, esta evolución es debida, principalmente, al incremento de los precios de la electricidad, que disminuyeron en septiembre de 2022. También destaca, aunque en menor medida, la subida de los carburantes, frente a la bajada registrada en septiembre del año anterior.

"Aunque los efectos de base negativos para el componente energético mantendrán la inflación general en alrededor del 3,5% en los próximos meses, la inflación subyacente continuará con una tendencia a la baja", estiman los analistas de ING. "Además, cada vez menos empresas de servicios planean subir más los precios en los próximos meses. Y como la temporada turística también está llegando a su fin, las presiones inflacionarias en el sector de servicios se enfriarán", añaden.

Creen que, ahora, el mayor interrogante para las perspectivas de inflación es la evolución de los precios de los combustibles.

"Como el mercado estará en déficit durante el resto del año, esperamos que los precios del petróleo puedan subir por encima de los 100 dólares por barril en las próximas semanas. La pregunta sigue siendo cuánto tiempo se mantendrán los precios del petróleo en estos altos niveles. Si, como esperamos, se trata de un repunte temporal, el impacto en nuestras perspectivas de inflación será bastante moderado. Sin embargo, el peligro es que si los precios del petróleo se mantienen altos por más tiempo las empresas repercutirán cada vez más estos precios más altos, lo que provocará que vuelvan a afectar a la inflación subyacente", comentan.

Mientras, en eToro se plantean dos escenarios. En primer lugar, "si estamos en un escenario ante el cual ese nuevo aumento de la energía puede volver a generar cierta tensión al alza y que eso desencadene una respuesta de los bancos centrales, el Banco Central Europeo (BCE), con nuevas subidas de tipos de interés". En segundo lugar, "si estamos en realidad ante un repunte transitorio que debería revertir en un escenario como es el de España, que es de una ralentización económica, que sirva de catalizador para que se retraiga el consumo y modere el consumo de energía y eso lleve a que los bancos centrales no tengan que seguir subiendo los tipos, porque lo que estaría en juego es que la ralentización se convirtiera en un aterrizaje mucho más duro".

"Ahora mismo estamos en esa doble narrativa: inflación frente a crecimiento", dicen, a la vez que siguen pensando que la narrativa se decantará por la segunda opción, "es decir, por intentar que el aterrizaje sea lo más suave posible y por tanto, estaríamos en el escenario dos de que el repunte que estamos viendo en los precios termine regresando hacia cierta normalidad".

Por otro lado, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se sitúa en el 3,2%, ocho décimas por encima de la registrada el mes anterior.

Los datos definitivos del Índice de Precios de Consumo (IPC) de septiembre será publicado por el INE el próximo 13 de octubre.

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