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Un cliente pagando con su tarjeta de débito. EUROPA PRESS - Archivo

Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, el ahorro ha sido la tónica dominante en gran parte de los hogares de todo el mundo. Muchas personas seguían trabajando o recibiendo ayudas estatales mientras no podía salir a gastar el dinero que ganaba en ocio u otros productos que no llegaban por el cierre de tiendas, fábricas o los fallos de la cadena de suministros. Este montante ahora puede servir de colchón para que la inflación no termine con la demanda en Estados Unidos, tal y como adelantan los expertos de Oxford Economics.

Según el último informe emitido a raíz del dato de la inflación de EEUU, el patrimonio neto de los hogares llegó en el cuarto trimestre de 2021 a los 142,3 billones de dólares, lo que eleva el total de la riqueza acumulada desde el inicio de la pandemia a 32,2 billones de dólares.

Solo en el último periodo del año pasado, el dinero acumulado por parte de los estadounidenses aumentó en 5 billones de dólares.

Pese a todo, estos expertos advierten que esta acumulación de dinero no se ha dado por igual en todos los grupos poblacionales. De hecho, el ahorro ha sido mayor entre los más ricos. Esto se ve en que, por ejemplo, las ganancias en bienes raíces representaron el 87% del aumento de la riqueza, en comparación con el 21% para todos los hogares.

“Creemos que parte del aumento del ahorro en el cuarto trimestre es temporal. Los datos de la Reserva Federal (Fed) sobre los balances de los hogares son una instantánea de final de trimestre, por lo que el debilitamiento del gasto de los consumidores en diciembre debido al aumento de casos de la variante Ómicron del Covid probablemente contribuyó al aumento del ahorro”, explican en el informe los expertos de Oxford Economics.

Sostienen además que estos datos no están desestacionalizados y los aumentos de los activos líquidos suelen ser mayores en el cuarto trimestre que en los demás. Las cuentas bancarias pueden recibir el impulso de las bonificaciones de fin de año y los hogares más ricos haber acelerado el ahorro en vista de cambios legislativos en las leyes de impuestos, tal y como indican.

CAMBIOS ENTRE LOS QUE MENOS GANAN

Lo que sí advierten que puede ser real es el cambio en algunos de los estratos de la sociedad con menos ingresos, que hayan acumulado liquidez durante la pandemia gracias a las restricciones y los beneficios por desempleo. “La estimación de la Reserva Federal de una posible distribución alternativa aumenta significativamente los colchones de ahorro agregados de los dos quintiles de ingresos más bajos, mientras que reduce el exceso de ahorro del 1% de los que más ganan”, argumentan.

Sin embargo, los datos mensuales empiezan a alertar de una reducción de ese ahorro, ya que los hogares han recortado el dinero sobrante en 35.000 millones de dólares. “Creemos que es probable que los hogares recurran a sus ahorros a un ritmo más rápido a medida que avancemos hacia 2022”, sostienen, ya que la vuelta al trabajo de un mayor número de personas aumentará los ingresos y dará pie a un mayor gasto de consumidores. Estiman que el gasto real aumente un 3,3% en 2022 y que la inflación reduzca el crecimiento de los costes nominales en 6 puntos. Todo ello gracias a esta combinación de factores sumada al colchón de liquidez generado a lo largo de los últimos dos años.

El problema en los hogares estadounidenses, eso sí, no está ahora en los ingresos, dado que los salarios más bajos son los que más han aumentado en las últimas semanas, sino las tensiones provocadas por la inflación. Las familias dedican la mayor parte de sus sueldos a artículos no discrecionales, como el hogar, la alimentación o el transporte, mientras que antes de la pandemia se destinaba el 72% de los salarios en el caso de los más pobres, el 67% del quintil de ingresos medios y el 57% de los superiores, tal y como recogen estos expertos.

Según los últimos datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU, la inflación en la primera economía del mundo subió un 8,5% en marzo, frente al 7,9% de febrero, en tasa interanual, lo que supone el mayor incremento desde diciembre de 1981.

En cuanto a la tasa subyacente, que excluye los alimentos y la energía, repuntó un 0,3% en marzo después de un avance del 0,5% en febrero, aunque el ascenso se ha situado por debajo del 0,5% anticipado. Y la tasa interanual fue del 6,5% es la más alta desde agosto de 1982.

Los hogares de menor renta también tienen una capacidad más limitada para mitigar el impacto de la inflación sustituyendo algunos artículos por otros más baratos, ya que probablemente ya están comprando opciones de menor coste”, sostienen. Y añaden: “Además del aumento de los precios, los hogares se enfrentan al fin de las medidas de ayuda de emergencia que aún se aplican durante la pandemia, lo que probablemente ha contribuido al aumento del exceso de ahorro”.

Una vez se termine el remanente que se ha acumulado desde el inicio de la pandemia, los hogares podrían mantener el consumo mediante préstamos, pero el aumento de los tipos de interés puede disuadir a algunos estadounidenses de endeudarse aún más.

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