El crecimiento económico del sector manufacturero de la zona euro registró una nueva desaceleración al final del primer trimestre y su respectivo índice PMI cayó hasta mínimos de catorce meses en medio de una inflación y tensiones geopolíticas crecientes. La guerra en Ucrania ha creado un nuevo y siniestro viento en contra.
El Índice PMI del sector manufacturero de la zona euro, elaborado por S&P Global, cayó de 58,2 registrado en febrero a 56,5 en marzo, señalando que las condiciones operativas a las que se enfrentan los fabricantes han crecido al ritmo más lento observado desde principios del 2021. A pesar de un mayor alargamiento en los plazos medios de entrega, la desaceleración habría sido mucho más pronunciada ya que los cuatro subíndices restantes registraron un declive durante el mes.
El aumento de las tensiones geopolíticas se mencionó como uno de los factores que afectaron la demanda y tuvo un impacto notable en la confianza empresarial, que cayó hasta su nivel más débil desde mayo de 2020. Dicho repunte más débil estuvo acompañado por una intensificación de las presiones en las cadenas de suministro durante el mes a medida que, según los encuestados, el aumento de los contagios por la COVID-19 en China y la invasión de Ucrania por parte de Rusia conllevaron a plazos de entrega más largos.
Mientras tanto, en medio del aumento de los costes de las materias primas, los combustibles y la energía, la inflación de los precios de los insumos volvió a acelerarse en marzo y alcanzó su máxima de cuatro meses. Para neutralizar las presiones en los márgenes de beneficios, los fabricantes de la zona euro aumentaron sus tarifas cobradas a la tasa más fuerte registrada en la historia de la serie.
El análisis por países revela que Irlanda registró el incremento más fuerte de las condiciones operativas en el sector industrial en marzo, superando marginalmente la expansión observada en Austria. Aparte de estos dos países, los ritmos de expansión se desaceleraron en el resto de los países de la zona euro estudiados.
La producción manufacturera en la zona euro en su conjunto siguió aumentando en marzo, en línea con la tendencia observada desde julio de 2020. No obstante, el ritmo de crecimiento fue el más lento observado durante el período actual de expansión, ya que las empresas tuvieron dificultades para obtener materias primas y otros componentes necesarios.
Los nuevos pedidos aumentaron sólidamente al final del primer trimestre, aunque el impulso del crecimiento disminuyó notablemente debido a que las tensiones geopolíticas crecientes conllevaron a una mayor cautela entre los clientes. La demanda de exportación disminuyó en marzo por primera vez desde junio de 2020, reflejando una disminución de los nuevos pedidos recibidos de clientes en los mercados extranjeros. Según las empresas encuestadas, el comercio dentro de la zona euro se vio especialmente afectado por la guerra en Ucrania.
Los últimos datos de la encuesta también indicaron una reducción significativa en la confianza empresarial en marzo. Aunque los fabricantes se mostraron optimistas en promedio, el Índice de Producción Futura cayó al ritmo más fuerte desde el inicio de la pandemia hace poco más de dos años y se situó en su nivel más bajo desde mayo de 2020.
Los plazos de entrega de los proveedores continuaron alargándose a un ritmo considerable al final del primer trimestre. De hecho, el desempeño de los proveedores se deterioró en su mayor medida desde diciembre del año pasado y puso fin a una secuencia de cuatro meses de atenuación de las presiones en las cadenas de suministro. Según los encuestados, el aumento de los contagios por la COVID-19 en China y la guerra en Ucrania exacerbaron los persistentes cuellos de botella.
En consecuencia, las presiones de los costes se intensificaron en marzo, ya que los problemas de suministro se vieron agravados por el aumento de los precios de las materias primas, los combustibles y la energía. En general, la tasa de aumento de los costes de los insumos se aceleró y estuvo entre las más rápidas observadas en la historia del estudio. Para proteger los márgenes de beneficio, los fabricantes de la zona euro aumentaron sus tarifas cobradas a una tasa récord.
Mientras tanto, la actividad de compras aumentó al ritmo más lento en catorce meses en marzo, aunque el alza fue lo suficientemente fuerte como para respaldar los esfuerzos de acopio, ya que los últimos datos de la encuesta señalaron un nuevo incremento, aunque más lento, de los stocks de compras.
Por último, el empleo del sector manufacturero registró una nueva expansión en marzo. La tasa de crecimiento del empleo fue más fuerte que el promedio de la serie, pero la más débil desde febrero de 2021. A pesar de la continua actividad de contratación, las presiones en la capacidad siguieron siendo evidentes a medida que los trabajos por completar aumentaron por vigésimo mes consecutivo. Las empresas encuestadas generalmente vincularon el aumento de los pedidos pendientes con la escasez de insumos.
Desde S&P Global destacan que "justo cuando el desvanecimiento de la última ola de la pandemia estaba creando un viento de cola para la recuperación de la industria manufacturera de la zona euro, con la reapertura de las economías y la disminución de los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la guerra en Ucrania ha creado un nuevo y siniestro viento en contra".
"Si bien el impulso de la demanda, tras una nueva relajación de las medidas de contención de la COVID-19, ayudó a garantizar una expansión sostenida de las carteras de nuevos pedidos de fabricación y de la producción en marzo, las tasas de crecimiento se han reducido notablemente en medio de sanciones, costes de energía altísimos y nuevas restricciones de suministro vinculadas a la guerra", añaden.
Además, "el aumento de la aversión al riesgo entre los fabricantes y sus clientes debido a la incertidumbre causada por la invasión, combinado con la crisis del coste de vida que se intensifica, amenaza con reducir aún más el crecimiento en los próximos meses, como se refleja en la intensa caída de las expectativas de crecimiento de los fabricantes para los próximos doce meses. El optimismo empresarial en el sector industrial ha disminuido a un nivel que sugiere una posible caída de la producción manufacturera en el segundo trimestre y acentúa al riesgo de que el sector industrial caiga en una nueva recesión", concluyen.