La inflación sigue siendo extremadamente alta en la zona euro, lo que ha provocado un freno en el crecimiento del sector manufacturero, según el índice PMI. Sin embargo, se observaron señales positivas en los datos de febrero, ya que el crecimiento tanto de la producción como de los nuevos pedidos cobró nuevo impulso tras las mejoras observadas en enero.
El índice PMI del sector manufacturero de la zona euro, elaborado por la consultora Markit, disminuyó de 58,7 registrado en enero a 58,2 en febrero. Este resultado fue debido al indicador de plazos de entrega de los proveedores, ya que el índice respectivo registró un aumento notable desde enero. Dicho resultado se vio contrarrestado en parte por los subcomponentes con más ponderación del índice PMI (la producción y los nuevos pedidos), que experimentaron cambios de dirección ligeramente positivos. Mientras tanto, el crecimiento del empleo se mantuvo estable y los stocks de compra aumentaron a un ritmo ligeramente más débil.
Hubo una menor incidencia de retrasos en las entregas de los proveedores durante el mes y los plazos de entrega se alargaron al ritmo más débil en poco más de un año. No obstante, la capacidad en todo el sector continuó poniéndose a prueba y, aunque las tasas de inflación de los precios pagados y de los precios cobrados se ralentizaron en febrero, de todas formas, estuvieron entre las más fuertes registradas por el estudio.
Analizando los tres grandes grupos de mercado, los productores de bienes de consumo y de bienes intermedios registraron mejoras más fuertes. Aunque los fabricantes de bienes de capital registraron una expansión más débil, aún así indicaron el mejor resultado en general.
El análisis de los datos por países de la zona euro indica que Países Bajos fue el país que experimentó el incremento más fuerte de las condiciones industriales en febrero, seguido de expansiones igualmente pronunciadas en Alemania y Austria. Italia, Irlanda y Grecia también registraron fuertes ritmos de crecimiento, a pesar de observarse una desaceleración en los dos últimos países. España registró el menor crecimiento de los países de la zona euro estudiados, seguida de Francia.
Los últimos datos de la encuesta señalaron un fuerte aumento de la producción manufacturera en la zona euro a mediados del primer trimestre. La expansión fue la más rápida desde septiembre del año pasado, tras registrar una aceleración marginal desde enero. Los volúmenes de producción se vieron respaldados por una tendencia de mejora en la demanda de productos, ya que los nuevos pedidos aumentaron fuertemente y al ritmo más rápido en seis meses. Las ventas de exportación también aumentaron en febrero y la expansión cobró impulso.
Los fabricantes de la zona euro aumentaron sus niveles de empleo en febrero, extendiendo una secuencia ininterrumpida de creación de empleo que comenzó en febrero de 2021. A juzgar por los estándares históricos, el aumento en los niveles de personal fue marcado y se encuentra entre los más rápidos desde que los datos empezaron a recopilarse, en 1997. No obstante, la capacidad productiva se puso fuertemente a prueba ya que los pedidos pendientes de realización aumentaron al ritmo más rápido en cuatro meses.
Mientras tanto, puesto que el crecimiento de los nuevos pedidos superó el de la producción, los stocks de productos terminados se redujeron por vigésimo primer mes consecutivo. Por otro lado, los insumos en almacén continuaron aumentando, aunque la tasa de acumulación se desaceleró de nuevo frente a la máxima del estudio registrada en diciembre del año pasado. Los fabricantes de la zona euro continuaron experimentando limitaciones debido a los alargamientos de los plazos de entrega de los proveedores en febrero, aunque el ritmo de deterioro del desempeño de los proveedores fue el más lento desde principios del año pasado y notablemente más débil que en enero. Dicha disminución se produjo a pesar de registrarse otro fuerte aumento de la demanda de insumos en febrero.
Los datos de la encuesta continuaron destacando el fuerte poder de fijación de precios entre los que establecen los precios, ya que las tasas pronunciadas de inflación de los precios pagados y de los precios cobrados persisten. En ambos casos, los aumentos estuvieron entre los más fuertes observados, aunque se atenuaron desde enero.
"No debemos dejar que la caída del índice PMI en febrero nos distraiga de lo que debería verse como un mes fundamentalmente positivo para el sector manufacturero de la zona euro", señalan en Markit, que destacan que "la demanda de productos tiene una tendencia alcista, y la tasa de expansión se aceleró hasta su máxima de seis meses. Las condiciones de las ventas subyacentes se están fortaleciendo claramente a medida que Europa supera la ola de la COVID-19 ómicron y las empresas intensifican sus esfuerzos de recuperación".
Añaden que "otro movimiento positivo fue el indicador de los plazos de entrega de los proveedores, que subió en febrero hasta su nivel más alto desde principios del año pasado, indicando el deterioro menos marcado del desempeño de los proveedores desde entonces. En realidad, fue este movimiento lo que hizo bajar la cifra del índice PMI, pero las señales tentativas de estabilización en las cadenas de suministro son buenas porque ayudarán a que aumenten las capacidades productivas, que a su vez es lo que necesitamos ver para que la inflación disminuya".
No obstante, "la inflación sigue siendo extremadamente alta y los que establecen los precios claramente todavía tienen un poder de fijación de precios sustancial. La fuerte demanda de insumos, junto con la escasez de oferta, continúa elevando los precios de los proveedores. A su vez, las empresas están repercutiendo el incremento de los costes a sus clientes. Aunque hubo cierta atenuación en las tasas de inflación de los precios de compra y los precios de venta en febrero, ambas siguen estando entre las más rápidas jamás observadas".
Ahora, la situación entre Rusia y Ucrania, "que también conlleva el riesgo de frenar el crecimiento, se suma a los riesgos de inflación, y ya hemos observado que, en respuesta, el crudo Brent se está moviendo al alza. Se requerirá una gestión prudente de la política macroeconómica para volver a amarrar las expectativas de inflación sin afectar demasiado la recuperación de la demanda", apuntan.