La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en febrero en el 1,2%, dos décimas por debajo de la lectura de enero y su nivel más bajo desde noviembre de 2019, en un contexto marcado por el impacto del brote del coronavirus en China sobre las cadenas de suministro y la economía global, según refleja el dato publicado por Eurostat.
La menor subida de los precios en febrero refleja el impacto de la caída del 0,3% de la energía, frente al alza interanual del 1,9% registrado en enero, mientras que los alimentos frescos se encarecieron un 2,7%, cuatro décimas más que en el primer mes de 2020.
Por su parte, los servicios subieron en febrero un 1,6% interanual, una décima más que en enero, los bienes industriales no energéticos aumentaron su precio un 0,5%, frente al 0,3% de enero, y los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco se encarecieron un 2,1%, una décima más.
Al excluir el impacto de la energía, el IPC repuntó una décima, hasta el 1,4%
De este modo, al excluir el impacto de la energía, la inflación interanual repuntó una décima en febrero, hasta el 1,4%, mientras que al dejar fuera del cálculo también los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco la tasa se situó en el 1,2%, frente al 1,1% de enero.
Entre los países cuyos datos estaban disponibles, la mayor subida de los precios se registró en Eslovaquia, con un 3,1%, por delante del 2,7% de Lituania y del 2,3% de Letonia. Por el contrario, la menor presión al alza de los precios correspondió a Italia, con un 0,3%, por detrás de Portugal y Grecia, con un 0,6% en cada caso.
España registró en febrero una tasa de inflación armonizada interanual del 0,9%, dos décimas por debajo de la subida de precios de enero, lo que mantiene en tres décimas el diferencial de precios favorable al país respecto de la zona euro.