El IPC de Reino Unido se duplicó con creces en abril, situándose en el 1,5%, frente al 0,7% de marzo, según mostraron las cifras oficiales este miércoles.
Un sondeo de Reuters entre economistas había apuntado a un aumento de la inflación hasta el 1,4%.
El incremento de las facturas de la electricidad y el gas y la subida de los precios de la ropa contribuyeron al alza de la inflación.
La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y otros artículos volátiles, subió un 1,3%, según la Oficina de Estadísticas Nacionales.
El Banco de Inglaterra (BoE) afirma que la inflación en Gran Bretaña se dirige a superar su objetivo del 2% y que alcanzará el 2,5% a finales de 2021 gracias a la subida de los precios mundiales del petróleo y a la expiración en septiembre de los recortes de emergencia del impuesto sobre el valor añadido en el sector de la hostelería, así como a la comparación con la caída provocada por el Covid en 2020.
El BoE cree que la inflación volverá a bajar al 2% en 2022 y 2023.