En julio, el descenso de los precios de la electricidad propició que la inflación cayera seis décimas, con el Índice de Precios de Consumo (IPC) bajando hasta el 2,8%, según los datos definitivos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). También contribuyó la moderación en el precio de los alimentos.
El IPC se coloca de esta manera en su nivel más bajo desde febrero y encadena dos meses consecutivos de descensos tras las subidas registradas en marzo, abril y mayo.
Por su parte, la tasa de inflación subyacente, es decir, el índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, bajó dos décimas y se situó en el 2,8%, su menor nivel desde enero de 2022.
En detalle, vivienda, alimentos y ocio fueron los grupos que destacaron por su influencia en el descenso de la tasa general. La vivienda situó su variación anual en el 3,2%, lo que supone 1,9 puntos por debajo de la del mes pasado, debido, en su mayor parte, al descenso de los precios de la electricidad, mayor que en el mismo mes de 2023.
Los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas subieron un 3,1%, con lo que su tasa anual disminuyó 1,1 puntos. Este comportamiento fue debido, principalmente, a la bajada de los precios de la fruta y de los aceites y grasas, frente a la subida en julio del año anterior.
Mientras, la tasa de inflación del ocio y cultura descendió 1,4 puntos, hasta el 1,6%, ya que las subidas de los precios de los paquetes turísticos fueron menores que en julio de 2023.
Por CCAA, en julio, el IPC registró tasas anuales positivas en todas ellas. Galicia presentó la más elevada (3,1%) y Castilla y León y Cantabria las más bajas (2,5% ambas).
Por otro lado, en cuanto al Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), su tasa de variación anual se situó en el 2,9%, siete décimas menos.