La inflación da un respiro a Alemania. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la mayor economía de la eurozona se situó en el 6,2% en julio, dos décimas menos que en el mes anterior y en línea con lo esperado por el consenso. Por su parte, la tasa subyacente ha caído hasta el 5,5%, tres décimas menos que el dato de junio y una por debajo de la previsión de los expertos.
Según ha informado Destatis, la oficina estadística del país germano, la inflación general escaló un 0,3% en términos intermensuales, mientras que el IPC armonizado, que se situó en el 6,5% en tasa interanual (6,8% en junio), avanzó un 0,5% respecto al mes anterior.
De igual modo, la agencia alemana destaca que los precios de los alimentos siguieron registrando un crecimiento superior a la media en julio y repuntaron un 11% en el séptimo mes del año. De igual modo, los precios de la energía repuntaron un 5,7%, debido, entre otras cosas, a un efecto de base causado por un descenso en julio de 2022.
"Este efecto base se debió a la supresión del recargo EEG a partir del 1 de julio de 2022, una medida del tercer paquete de medidas de alivio del Gobierno Federal. En junio de 2023, el aumento interanual de los precios de la energía fue del +3,0%", detalla Destatis.
A su vez, el precio de los servicios se incrementó un 5,2%. Según la oficina estadística teutona, esto se debe al efecto de base debido a la disponibilidad de los billetes de transporte subvencionados por el Gobierno Federal entre junio y agosto de 2022.
Los datos definitivos del mes de julio se publicarán el próximo 8 de agosto.
"La inflación subyacente se mantendrá alta y estable durante el verano, antes de registrar un fuerte descenso a partir de septiembre. Septiembre es la última oportunidad para los 'halcones' del Bnaco Central Europeo (BCE) de conseguir una última subida. Después de eso, la mayoría del Consejo se inclinará claramente por una pausa y, finalmente, creemos que por recortes, en el primer trimestre", señalan desde Pantheon Macroeconomics.
