La inflación de Alemania se reduce hasta el nivel más bajo desde marzo de 2022, aunque la desaceleración es mínima y por debajo de lo esperado. En agosto cae hasta el 6,1%, frente al 6,2% de julio, según el dato preliminar publicado por Destatis, la oficina de estadística federal. Mientras, la tasa subyacente se mantuvo sin cambios, en el 5,5%.
En detalle, los precios de los alimentos siguieron aumentando a un ritmo superior a la media. En el octavo mes del año se encarecieron un 9% en comparación con agosto del año pasado, tras la subida del 11% registrada en julio. Los servicios aumentaron sus costes un 5,1%.
Por su parte, el aumento de los precios de la energía fue del 8,3%, frente a la subida del 5,7% del mes anterior. Como explican desde Destatis, se debe, entre otras cosas, al efecto de base debido al bajo nivel del índice en agosto de 2022, que estuvo influenciado por las medidas del tercer paquete de ayuda del gobierno.
"La inflación general durante los meses de verano se ha visto afectada por varios efectos de base: mientras que los precios más bajos de la energía ejercen una presión a la baja sobre la inflación, el final de las medidas gubernamentales temporales de alivio energético del verano pasado y el transporte público barato han añadido presión al alza", comentan los analistas de ING.
Creen que la inflación alemana podría bajar más rápido de lo que espera el BCE, al menos después de verano, y prevén que caerá hasta alrededor del 3% a finales de año. "Existe una alta probabilidad de que estemos siendo testigos del último tramo de la inflación de los servicios, principalmente en el turismo. En resumen, hoy probablemente haya sido el último estallido de inflación en Alemania en mucho tiempo. La próxima parada será una fuerte caída de la inflación general en septiembre".
