La inflación de Alemania se mantiene en febrero en el 8,7%, mientras el precio de los alimentos de para de subir, según los datos publicados por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), que reconoce que "la tasa de inflación se mantiene en un nivel alto".
Según ha destacado la presidenta de Destatis, "el aumento de los precios de los alimentos, que aumentó incluso más que los precios de la energía, fue particularmente notable para los hogares privados en febrero", añadiendo presión al bolsillo de los alemanes.
Así, desde el comienzo de la guerra en Ucrania, los precios de la energía y los alimentos en particular han aumentado notablemente y continúan teniendo un impacto significativo en la tasa de inflación.
En concreto, el coste energético frenó su avance en febrero hasta el 19,1% en febrero, pese a que el precio de la energía para los hogares subió un 32,2%. Mientras tanto, los alimentos se encarecieron un 21,8%, observándose nuevamente aumentos de precios en todos los grupos.
Para los analistas de Pantheon Macroeconomics, "la única forma de explicar este aumento es que los minoristas, que históricamente han manejado sus negocios con márgenes muy reducidos, están utilizando el aumento general de los precios para aumentar los márgenes".
Por otro lado, la tasa de inflación sin energía fue del 7,6%. La inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos frescos, alcanzó el 5,7%.