La inflación de Alemania ha vuelto a dispararse en abril, cuando se ha situado en el 7,4%, según los datos de Destatis, la oficina de estadística federal, con lo que registra su nivel máximo en más de 40 años. En el cuarto mes del año destacó la subida por encima de la media del precio de los alimentos.
La última vez que se registró una tasa de inflación tan elevada en la antigua Alemania Occidental fue en otoño de 1981. Por su parte, el Índice de Precios al Consumo (IPC) subió un 0,8% en comparación con el mes anterior.
En general, los precios han continuado aumentando en Alemania principalmente por el efecto económico de la guerra en Ucrania, que también se deja notar en los precios de la energía. Así, los alimentos se encarecieron un 8,6% y la energía, un 35,3%. Los precios de los bienes en su conjunto aumentaron un 12,2% interanual.
El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, ha expresado que el organismo alemán ahora espera que la tasa de inflación se coloque cerca del 7% en 2022.