cuantos impuestos pagas por vender una casa heredada

Se incrementa dos puntos porcentuales en un año la oferta de vivienda heredada que hay en el mercado, con lo que constituye el 17% de la oferta disponible tanto para vender o alquilar en el mercado, según un estudio de Fotocasa Research.

Su peso, sin embargo, es diferente en función del mercado. Los herederos suponen un 23% de quienes venden algún inmueble, un porcentaje dos puntos superior al de 21% de 2022 e idéntico al de 2021. Sin embargo, entre los arrendadores solo hay un 11% de españoles que hayan recibido en herencia la vivienda objeto de la operación. Estos datos indican claramente que las viviendas recibidas por sucesión tienen más salida por el lado de la venta que del alquiler.

En cuanto a los motivos para vender la vivienda heredada, hay dos principales y han llevado una tendencia opuesta desde 2020. Mientras que los motivos personales han perdido 18 puntos porcentuales desde 2020, pasando del 50% de entonces al 32% actual, el no querer problemas con el pago del alquiler aumenta en 13 puntos porcentuales desde el mismo periodo (del 14% de 2020 al 27% de 2023). De esta manera, la brecha entre ambos motivos pasa a ser de 36 puntos en 2020, a tan solo 5 puntos en 2023.

A estos motivos principales le siguen otros dos con un porcentaje del 16%. Así, en tercer lugar, se sitúa la imposibilidad de asumir los costes que comporta la vivienda heredada, mientras que a continuación encontramos como causa el hecho de que no existan beneficios fiscales que compensen los riesgos. Un poco más abajo, con un 15%, está el motivo de desear comprar otra vivienda.

Además, estos vendedores que han heredado se diferencian del resto porque, entre sus motivos para la venta, le dan más importancia a los potenciales problemas del alquiler y a las dificultades para asumir los costes que genera una vivienda.

Al igual que el año pasado, el elevado precio y la labor de las inmobiliarias constituyen las principales dificultades para la venta por parte de los herederos vendedores. En ambos casos, el porcentaje de los que señalan ambos problemas alcanza el 22%, y en los dos casos éste es superior a los registrados en 2022, cuando fueron del 20% y el 17%, respectivamente. En tercera posición se aduce como dificultad para la venta la ubicación del inmueble heredado, circunstancia que, sin embargo, baja un punto porcentual en relación con 2022, al pasar del 15% al 14%.

Aunque estos argumentos permanecen relativamente constantes en el tiempo, sí que tenemos otras dificultades que experimentan cambios. Así, mientras que la desconfianza sobre los posibles inquilinos gana terreno -alcanzando el 11%, dos puntos porcentuales más que doce meses antes-, la elevada cantidad de ofertas pierde fuerza -bajando del 15% al 13%-.

Por su parte, hay tres son los motivos principales para alquilar en lugar de vender la vivienda heredada: es una fuente de ingresos (45%); preferir que esté ocupada (38%) y la rentabilidad que ofrece el alquiler (31%).

Sin embargo, en las tres razones citadas se observa un notable descenso respecto al año anterior, especialmente acusado en el argumento de la predilección por tener el inmueble ocupado antes que vacío, que doce meses antes era empleado por el 50% de los consultados. Este mismo porcentaje era el que defendía el alquiler como fuente de ingresos, motivo que ahora pierde cinco puntos porcentuales. El tercer motivo, el de la rentabilidad, cae del 38% al 31%.

Si comparamos el arrendador heredero con el resto de los arrendadores, observamos que no existen grandes diferencias. La única digna de ser reseñada es que el heredero arrendador da menos peso a la fuente de ingresos (45% frente al 62%).

En lo que corresponde al principal freno de los herederos arrendadores a la hora de alquilar la vivienda, prima la desconfianza sobre los posibles inquilinos (36%), seguido de la labor de inmobiliarias y agencias (24%), la disponibilidad de tiempo para enseñar la vivienda (18%) y la elevada cantidad de ofertas (12%). De estas razones, llama la atención la escalada que experimenta la atribuida a la acción de inmobiliarias y agencias, que se sitúa en segunda posición al subir en solo un año del 11% al 24%, nada menos que trece puntos porcentuales.

"Las viviendas heredadas constituyen un volumen muy relevante en la oferta disponible. Es positivo que salgan al mercado, tanto al de la compra como al del alquiler, ya que en ambos el parque de vivienda es insuficiente. Sin embargo, la mayor tensión ocurre en el arrendamiento, justamente donde se produce uno de los cambios más significativos con respecto al año pasado: los herederos se alejan de problemáticas derivadas del alquiler y prefieren poner a la venta la vivienda", señala María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

"De esta forma, el mercado de las rentas pierde una gran vía de ampliación de la oferta en alquiler e incluso ocasiona que se reduzca, si la vivienda estaba alquilada y ahora se quiere vender por el nuevo propietario. La administración pública, en conjunto con el sector privado, debe trabajar para crear un clima de estabilidad, con seguridad jurídica para que el propietario tenga garantías al poner en alquiler esa vivienda, en vez de obrar en la dirección contraria con normativas poco acertadas como la ley de vivienda", comenta.

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