
"La economía alemana está estancada". Así de tajante se ha mostrado el Instituto Ifo que prevé un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania del 0,2% para el año en curso y que no se observe una mejora, aunque sea leve, hasta 2026, cuando se espera se sitúe en el 0,8%. Aunque considera que, en vista de las próximas decisiones de política económica en Alemania y Estados Unidos, existe un "alto riesgo de que las previsiones resulten erróneas".
"La economía alemana se mantiene a flote. A pesar de la recuperación del poder adquisitivo, la confianza del consumidor sigue siendo moderada y las empresas también se muestran reacias a invertir", ha señalado Timo Wollmershäuser, director de Previsiones del organismo.
El Ifo hace referencia a que la industria, en particular, se está viendo afectada por la débil demanda y la creciente presión competitiva internacional. Al mismo tiempo, ha puesto el foco sobre la incertidumbre política tanto en Alemania como en Estados Unidos que genera riesgos considerables.
"El nuevo gobierno estadounidense ha adoptado una política económica errática y proteccionista. Los aranceles de importación ya anunciados sobre productos de México, Canadá y China, así como los aranceles de represalia, están teniendo un impacto negativo inicial en la economía estadounidense y mundial. Si se incrementan aún más los aranceles sobre los productos europeos, esto podría afectar gravemente a las exportaciones alemanas. También existen incertidumbres en cuanto a la política interna. Si bien se están debatiendo medidas para fortalecer la infraestructura y la defensa, aún está por verse si se implementarán y cuándo", ha explicado.
Con todo, para Wollmershäuser esta fase de incertidumbre debería superarse pronto: "Una política económica fiable es vital para generar confianza y estimular la inversión. Las empresas necesitan certidumbre en la planificación, especialmente ante los retos actuales que plantea el cambio estructural en la industria".
Respecto al gasto de consumo privado, se anticipa que aumente ligeramente más este año que el anterior, concretamente un 0,4% tras el ajuste por el efecto de los precios, y que la tasa de ahorro disminuya. "Es probable que el poder adquisitivo caiga ligeramente, ya que se espera que la renta disponible de los hogares aumente un 2,0% este año, por lo que será más débil que el aumento del 2,3% en los precios al consumidor".
En cuanto a la renta, la expiración de las bonificaciones de compensación por inflación exentas de impuestos ha amortiguado notablemente el aumento de los salarios netos en comparación con el año anterior. Las proyecciones también muestran que el empleo debería mantenerse estable, y que el desempleo volverá a disminuir a partir del segundo semestre de 2025.