El equipo de análisis de Ibercaja Gestión hace balance de 2021 y da a conocer sus previsiones macroeconómicas y para los mercados en el último trimestre del año, donde se consolidará el inicio de la recuperación económica, aunque se mantienen los riesgos derivados de la evolución de la pandemia por las consecuencias de las variantes del virus, así como por el ritmo de inmunización.
La evolución de la pandemia durante los últimos meses nos deja por un lado el éxito de la comunidad científica, al haber conseguido crear y validar en tiempo récord numerosas vacunas que consiguen porcentajes superiores al 70-75% a la hora de evitar hospitalizaciones graves pero, por otro lado, las sucesivas mutaciones y variantes del virus posiblemente obligarán a administrar una tercera dosis al menos a personas en edad avanzada (en Israel tenemos un ejemplo), acelerar la inmunización en países con menores recursos así como implementar nuevas restricciones de movilidad en aquellas situaciones en las que el nivel de infección así lo aconseje.
En cualquier caso, en los últimos doce meses la sociedad en su conjunto ha logrado superar uno de los momentos más críticos y hay que ponerlo en valor.
En términos de crecimiento económico, el año 2021 va a consolidar el inicio de la recuperación económica. Algunos países como España o Reino Unido que sufrieron caídas de doble dígito en su PIB en 2020 todavía necesitaran entre 12 y 18 meses adicionales para recuperar los niveles previos de riqueza, lo que supone que hasta mediados del año 2023 no se pueda hablar de recuperación completa.
Sin embargo, otras economías como EEUU o China ya han recuperado el terreno perdido gracias a la enorme batería de estímulos fiscales en el primer caso y a la fase más adelantada del ciclo en el segundo. Europa tiene una oportunidad de oro de desarrollar acciones e iniciativas que asienten la recuperación no sólo en el último trimestre de este año sino en los próximos dos años gracias a los fondos europeos NGEU. Con cierto retraso, el dinero ya ha comenzado a filtrarse en los países europeos y España o Italia son dos de los más beneficiados.
Como es lógico, siempre vamos a tener riesgos por el camino que puedan desvirtuar este escenario. Durante la primera parte de este año, y anticipamos que seguirá presente en el último trimestre también, la rotura de stock en el sector de semiconductores va a drenar algunas décimas de crecimiento dado su importancia transversal en infinidad de sectores como puede ser el tecnológico o el de automoción, entre otros.
Otro de los frentes abiertos lo tenemos en una mayor regulación, bien por parte de las autoridades americanas y europeas sobre las compañías tecnológicas, o bien por parte de China sobre determinados nichos empresariales donde considera que debe actuar para garantizar un acceso más atractivo para su ciudadanía. Uno de los últimos casos recientes ha sido sobre el sector educativo fuera del horario lectivo, donde ha eliminado de facto la posibilidad de tener beneficios a varias empresas del sector, sembrando de nerviosismo a la comunidad inversora extranjera.
En cualquier caso, no hay que olvidar que la economía china supone el 16.9% con datos de 2020 del PIB mundial, por lo que es una región para tener en cuenta si se busca crecimiento a largo plazo por encima del resto del mundo, lógicamente sin perder de vista los riesgos inherentes.
Con estos antecedentes, entendemos como lógico el buen comportamiento tanto de la renta fija como de la renta variable durante este año. En el primer caso, la política actual de tipos de interés y el riesgo bajo que existe de ver cambios en el corto plazo, sostiene los niveles actuales de TIR en el mercado. Gran parte de la curva en los países europeos continua con rentabilidades negativas y es por ello por lo que apreciamos una menor oportunidad de aquí en adelante a los niveles actuales de rentabilidad, seríamos prudentes a la hora de aumentar la exposición. En cuanto a la renta fija privada si bien es verdad que la recuperación ha sido importante, implícitamente asumiendo un mayor nivel de riesgo consideramos que siguen existiendo oportunidades siendo más selectivos que en el pasado. En aquellos mercados como el high yield no es descartable incluso nuevas mejoras a medida que la recuperación económica se traduzca a los balances de las empresas.
En cuanto a la evolución de la renta variable, partimos de rentabilidades positivas próximas al 20% en los mercados occidentales este año. Es muy posible que en los próximos meses tengamos nuevos episodios de volatilidad ya que los niveles de complacencia medidos por diferentes indicadores son elevados. Incluso también cierta rotación sectorial, bien hacia sectores denominados de crecimiento o por el contrario hacia empresas identificados como value, seguirá marcando el devenir de las bolsas.
Posiblemente en términos absolutos este año estemos ya cómodos, pero apreciamos muchas oportunidades en la selección de valores de aquí en adelante que permitan mejorar incluso las rentabilidades actuales. En el caso del índice americano S&P 500, con los beneficios estimados para 2022 (un 20% superiores al nivel base de 2019), estaríamos pagando un PER de 21,8x.
En el caso del índice europeo Stoxx 600, con los beneficios de 2022 un 15% por encima de 2019, estaríamos hoy pagando un PER de 16,7x. Aunque teniendo en cuenta la calidad y resiliencia del beneficio de las empresas cotizadas en uno y en otro mercado, anticipamos un diferencial de valoración todavía demasiado elevado en favor de EEUU lo que puede generar oportunidades de inversión.