La digitalización está transformando el mundo a un ritmo sin precedentes. La interacción entre impulsores tecnológicos, políticos y económicos está alimentando esta "disrupción" en la que destaca una tecnología que está configurada para impregnar todas las esferas de la sociedad: la inteligencia artificial (IA).
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"La inteligencia artificial es o será una tecnología generalizada. Sus posibles aplicaciones no se limitan a sectores específicos, sino que se extienden a todos los segmentos de los mercados de renta variable", explica Hans-Jörg Naumer, Global Head of Capital Markets & Thematic Research de Allianz Global Investors.
La ola "arrolladora" de la digitalización es el resultado de las rápidas mejoras en la computación, unida a la caída de los precios del hardware de almacenamiento. Al mismo tiempo, hay que resaltar el continuo crecimiento de la informática y la aceleración de su desarrollo, cuyo ritmo se ha acelerado en la última década.
"El impresionante rendimiento informático y la drástica disminución de los costes de almacenamiento allanaron el camino para la inteligencia artificial que, sin embargo, no es del todo una cuestión de velocidad. De hecho, también depende de la disponibilidad de datos. Cuantos más datos se suministren a un motor de IA con fines de capacitación y aprendizaje, mejor", afirma el experto.
Si bien, gracias al 'big data', que permite identificar patrones que el cerebro humano por sí solo no puede reconocer, el tráfico de datos globales, en combinación con las aplicaciones de IA, proporciona la base para la tendencia hacia la desglobalización que ha surgido recientemente a raíz de la pandemia de Covid-19 y el cambio en las cadenas de suministro.
"Esto podría actuar como un incentivo económico para que las empresas trasladen la producción a sus mercados de origen o a donde están ubicados los clientes, lo que también tendría sentido ecológico en términos de descarbonización de la economía", señala Naumer.
Por tanto, desde la gestora recomiendan a los inversores que quieran apostar por la IA que busquen empresas de todos los sectores que estén a la vanguardia de la investigación y el despliegue de esta tecnología.
No obstante, destacan que, a pesar de que brinda grandes oportunidades, también es fuente de vulnerabilidad. "La importancia de la ciberseguridad, la seguridad de las redes de TI seguirá creciendo", añade Naumer.
DESCARBONIZACIÓN DE LA ECONOMÍA
La digitalización, particularmente en lo que respecta a la inteligencia artificial, tiene un papel central que desempeñar en los esfuerzos para combatir el cambio climático.
"Sin ella será virtualmente imposible descarbonizar la economía. Todo se está volviendo inteligente, y esto conduce a una mayor eficiencia energética y menores emisiones de gases de efecto invernadero", indica el experto de Allianz GI.
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En este sentido, caben destacar, por ejemplo, las ciudades inteligentes. Las grandes urbes se enfrentan a retos como el de gestionar el tráfico o suministrar energía renovable.
"El concepto de una "ciudad inteligente" no solo significa que las ciudades están altamente interconectadas; también significa que pueden producir, distribuir y utilizar su propia energía convirtiendo los edificios en minicentrales generadoras de energía renovable y que las ciudades se transformarán en zonas verdes donde cultivar alimentos en los tejados", subraya Naumer.
Del mismo modo, estima que estas ciudades inteligentes podrían convertirse en nodos clave dentro de las redes eléctricas inteligentes. De hecho, si la energía renovable puede hacer una contribución cada vez mayor para satisfacer las necesidades energéticas, esto también significa que la generación de electricidad será cada vez más descentralizada.
ROBOTS O MÁQUINAS INTELIGENTES
El mercado laboral tampoco será ajeno al progreso tecnológico. El surgimiento de nuevos softwares o incluso robots podrán desempeñar actividades en distintos campos que antes habían sido dominio de los humanos.
Desde un punto de vista demográfico, desde Allianz GI creen que las máquinas inteligentes están surgiendo en el momento justo, ya que podrán manejar tareas para las cuales cada vez hay menos trabajadores.
"Es evidente que es probable que los mercados laborales sufran una transformación drástica; de hecho, ya está en marcha hasta cierto punto. Esto proporciona amplios motivos para reflexionar sobre cómo los ingresos del trabajo pueden complementarse con los ingresos del capital", asevera el experto de la gestora.
A este respecto, para garantizar que los robots funcionen y generen ingresos "la consecuencia lógica es invertir en ellos siendo propietarios de una de las empresas que los poseen. Los dividendos que se espera que se paguen permitirán a los inversores beneficiarse de los avances de estas empresas", concluye Naumer.
