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La reciente crisis de la lira turca ha tenido como detonante una amenaza arancelaria del presidente de los EEUU, Donald Trump, y ha recordado al mundo que las tensiones comerciales son uno de los motores de los mercados este 2018. Pero donde muchos economistas ven una guerra global de Washington contra “prácticamente todo el mundo”, los analistas de Goldman Sachs aseguran que en los próximos seis meses se impondrá una nueva tendencia: las fricciones se concentrarán más entre China y EEUU y menos entre el país norteamericano y el resto del mundo.

“El proteccionismo de EEUU, por ahora, se ha ido concentrando paulatinamente en China y ha abandonado un ámbito más global”, apuntan los expertos del banco de inversión. Un hecho que, en consecuencia, ha moderado la fortaleza que exhibió el dólar entre el final de la primavera y los primeros compases del verano”.

Durante el período al que se refieren los expertos, las tensiones comerciales fueron globales y “propiciaron un ambiente de huída del riesgo entre los inversores”, prosiguen. En junio, los titulares sobre las tensiones comerciales eran de naturaleza global (acero, Tratado de Libre Comercio de América del Norte -NAFTA por sus siglas en inglés-, aranceles sobre las importaciones de vehículos…) y Washington disparaba contra la Unión Europea, Canadá, México y China. Un contexto en el que predominaron las ventas sobre los activos de riesgo y se fortaleció el dólar.

Pero la administración republicana ha decidido ponerse de cara en las negociaciones con sus países vecinos sobre el NAFTA, que concluyen el 31 de agosto. Además, a finales de julio, Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, alcanzaron una serie de acuerdos que dieron carpetazo a los ataques del magnate a la UE… al menos por el momento. Un panorama que lleva a Goldman Sachs a predecir que “hasta los primeros meses de 2019, la guerra comercial estadounidense tendrá como foco China y evitará un desenlace extremo”.

Goldman Sachs prevé que la disputa comercial entre Washington y Pekín “empeore a medida que nos acerquemos a las elecciones legislativas de noviembre"

El banco de inversión estadounidense abunda en esta cuestión y prevé que la disputa comercial entre Washington y Pekín “empeore a medida que nos acerquemos a las elecciones legislativas de noviembre, antes de que empiece a mejorar”. Como consecuencia, en sus previsiones contempla que las autoridades monetarias chinas consientan una mayor depreciación del yuan, como parte de un programa más amplio de su política de apoyo al crecimiento, y creen que superará la barrera de los 7 yuanes por dólar, hasta los 7,10 unidades por ‘billete verde’.

EL RIESGO GLOBAL PERSISTE

Sin embargo, tal y como puntualizan, la acción del precio de finales de la semana pasada e inicios de esta, muy marcada por las ventas masivas en Turquía y Rusia, “ha sido un recordatorio de que las posibilidades de que el riesgo global se incrementen sigue siendo alto y las monedas de países emergentes están muy expuestas a tales movimientos”.

Por lo tanto, no descartan que las tensiones comerciales vuelven a ser "globales”. Y en caso de que se “enciendan de nuevo preocupaciones sobre el riesgo sistémico”, ya sea porque EEUU vuelve a ampliar el foco de sus ataques o porque la turbulenta relación entre China y EEUU aumenta de intensidad, esperaran estos expertos “un mejor rendimiento del dólar y de los activos refugio. No obstante, concluyen, “esperamos que tanto el crecimiento global como el riesgo se estabilicen”.

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