El Ejecutivo de Syriza cede y endurece su reforma de pensiones. Asimismo, acepta los objetivos fiscales fijados por los acreedores, que están en un 1% de superávit primario en 2015 y el 2% en 2016. La propuesta presentada en Bruselas tiene así varias concesiones en búsqueda del acuerdo, según publica El País.
El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, ha decidido finalmente aceptar las metas de superávit primario exigidas por los acreedores, sin contar los intereses, que están en el 1% para este año, un 2% en 2016, un 3% en 2017 y un 3,5% en 2018. Así lo refleja la propuesta, publica El País, que ha enviado Grecia a Bruselas este lunes.
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Este endurecimiento se basa en dificultar las prejubilaciones y retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años en 2025, lo que supondría un ahorro de 360 millones de euros. Este año supondría un ahorro del 0,37% del PIB, pero alcanzaría el 1% de la producción en 2016 y en 2017.
Además, el Gobierno griego aprobará medidas para incrementar sus ingresos fiscales en al menos un 1,5% del PIB este año y en un 2,9% el próximo año. De hecho, otro de los puntos clave, la reforma del IVA, también está presente en el documento. Grecia propone un tipo general del 23% y uno reducido del 13% para productos básicos como alimentación o energía, mientras que se establecería en el 6% una tasa súper reducida para material hospitalario y libros.
Según los cálculos remitidos por el Gobierno de Tsipras, los cambios en el gravamen del impuesto sobre el consumo implicarían unos ingresos adicionales de 1.400 millones para las arcas públicas de la economía helena, en torno al 0,74% del PIB.
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