El Gobierno va a intentar contener el agujero de la Seguridad Social pagando una de sus promesas, la subida del 3% de las pensiones mínimas y no contributivas, vía impuestos. Según aparece recogido en el Plan Presupuestario que ha remitido a Bruselas, la idea es financiar en 2019 el mencionado incremento con cargo al Presupuesto del Estado, "sin que esta medida perjudique el equilibrio presupuestario de la Seguridad Social".
En el plan presupuestario el Ejecutivo de Pedro Sánchez no desglosa a cuánto ascenderá exactamente el gasto que va a suponer para las arcas públicas incrementar las pensiones mínimas y no contributivas. Lo cierto es que esta partida aparece recogida junto al gasto de la revalorización de las pensiones según el IPC. En total, el Gobierno estima que el desembolso será de 736 millones de euros.
Aunque el Ejecutivo ha generado cierta confusión con este dato, ya que en la presentación que hizo la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el pasado lunes tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, en la que se aprobaron las cifras que posteriormente se remitieron a la Comisión Europea, se facilitaron unas cifras sobre estas subidas que no concuerdan.
En la presentación se especifica que la subida del 3% de las pensiones mínimas y no contributivas supondrá un gasto de 384 millones de euros, lo que impactará directamente en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Por otro lado, recoge que la revalorización de las pensiones con el IPC, que se hará con cargo a la Seguridad Social, provocará un gasto de 704 millones de euros. Unas cifras que no se corresponden con los 736 millones de los que habla el Ejecutivo en el Plan Presupuestario.
No obstante, pese a este baile de cifras, el Gobierno sí ha dejado claro que va a intentar no empeorar más la delicada situación que atraviesa la Seguridad Social, al menos en 2019, y por eso ha decidido pagar la subida de las pensiones mínimas y no contributivas vía impuestos. La viabilidad del sistema está en juego, aunque el Ejecutivo espera una mejora en los próximos años que aún es difícil de imaginar, y más si se tiene en cuenta la subida de las pensiones proyectada.
La Seguridad Social cerrará este año con un déficit del 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB), aunque el gabinete de Sánchez augura una mejora progresiva, de forma que en 2019 baje hasta el 1,1% y que la reducción siga siendo paulatina en 2020 (-0,9%) hasta 2021, cuando augura un déficit del 0,4% en el sistema. Será, dice el Gobierno, "el subsector que acomete el mayor esfuerzo de consolidación".
PROBLEMA DE VIABILIDAD
Si se cumplen los pronósticos del Gobierno, la Seguridad Social registraría un cierto alivio en los próximos años, pero todavía seguiría presentando un problema de viabilidad. Por ello, el Ejecutivo también ha decidido destinar toda la recaudación que logre con la creación del Impuesto sobre las Transacciones Financieras, conocido como la 'tasa Tobin' y que gravará con un 0,2% la compra de acciones españolas, "a la Seguridad Social". Así lo indicó la ministra de Hacienda el pasado lunes, tras adelantar que esperan ingresar 850 millones de euros con este impuesto.
Además, a ello hay que añadir los beneficios que la Seguridad Social obtendrá gracias a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros mensuales. Según el Gobierno, esta medida permitirá ingresar 1.500 millones de euros. Si las estimaciones acaban por cumplirse y al final el Estado ingresa estas cantidades, eso ayudará a paliar las necesidades del sistema, aunque no será suficiente y tendrá que seguir financiándose a crédito. De hecho, la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, ya ha adelantado que el año que viene también se solicitará un crédito para hacer frente al pago ordinario y extraordinario de las pensiones, ya que únicamente con cotizaciones el sistema no se puede mantener.