El Gobierno está determinado a presentar un proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 antes de fin de año, preferiblemente en noviembre, indican fuentes del Ejecutivo. Se abriría así la posibilidad de que estuvieran aprobados en febrero, antes de la precampaña de las municipales y autonómicas de mayo.
El deseo del presidente, Pedro Sánchez, es que esos Presupuestos se hagan con el techo de gasto elaborado por su gabinete, que prevén 6.000 millones de euros más de gasto no financiero que las cuentas de 2018 aprobadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
El problema es que el acuerdo sobre el techo de gasto aprobado por el Consejo de Ministros de Sánchez fue rechazado en julio por el Congreso y, aunque Sánchez intente de nuevo el aval de la Cámara Baja, el PP podría vetarlos de modo irreversible en el Senado -donde goza de mayoría absoluta- gracias a una reforma que Rajoy llevó a cabo en 2012 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
Para volver a la situación anterior en la que el veto del Senado no sea definitivo y que el Congreso tenga capacidad para levantarlo, el PSOE, con el apoyo de Unidos Podemos, Compromís y ERC, ha registrado una proposición de ley para modificar la Ley de Estabilidad Presupuestaria, la única que otorga esa capacidad de veto irreversible al Senado, que no lo tiene sobre ninguna otra, tampoco la de Presupuestos.
Con los Presupuestos solventados en febrero, se aseguran que este tema no interfiera en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019
Si la reforma se lleva a cabo a tiempo, el Ejecutivo podrá preparar un proyecto de Presupuestos más expansivo. Pero si no, afirman en el equipo de Sánchez, lo harán con el techo de gasto vigente, el último que aprobó Rajoy y con el que se elaboraron las cuentas de 2018.
En ese caso, el Gobierno de Sánchez no contaría con 6.000 millones de euros adicionales, pero podría cambiar las prioridades y repartir los recursos de forma diferente a cómo lo hizo Rajoy. Y con el debate sobre los Presupuestos solventado en febrero, los socialistas se asegurarían de que este tema no interfiera en la campaña de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019.
Preguntado en rueda de prensa por la fecha límite que el Gobierno se marca para presentar un proyecto de Presupuestos, Sánchez ha restado importancia al momento en que se consiga reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria porque el debate central es que "España crece y necesita redistribuir ese crecimiento".
SANEAR CUENTAS PÚBLICAS Y RECONSTRUIR EL ESTADO DEL BIENESTAR
En opinión del jefe del Ejecutivo, es posible combinar la necesidad de "seguir saneando las cuentas públicas" con la "reconstrucción del Estado de Bienestar". "Ése es el debate, no cuándo se va a aprobar la Ley de Estabilidad Presupuestaria", ha señalado.
Sánchez ha insistido en que España debe recuperar cohesión social, porque la crisis ha ahondado en la desigualdad entre generaciones, con los jóvenes como uno de los colectivos a quienes más ha golpeado la crisis debido a los recortes en educación y a sus dificultades para acceder a una vivienda.
Por eso, ha hecho un llamamiento a los grupos políticos para que apoyen al Gobierno en materia presupuestaria porque "no puede ser que los grupos sean más estrictos que las instituciones" europeas, con las que Sánchez ha pactado unos nuevos objetivos de déficit público y deuda, y el techo de gasto para 2019.